madrid - Susana Díaz sigue manejando los tiempos en el PSOE. Tras el fallido intento de Pedro Sánchez por alcanzar la investidura como presidente del Gobierno español, la presidenta de la Junta de Andalucía ha empezado a mover hilos para llevar a Eduardo Madina a un lugar preeminente en las listas electorales que le asegure un escaño tras las elecciones generales del 26 de junio. La influyente dirigente socialista mostró ayer, en vísperas del comité federal de hoy, su disposición para “ayudar y colaborar” para que su compañero de partido no se quede fuera del Congreso de los Diputados la próxima legislatura. Pretende que no ocurra lo mismo que en los comicios del 20-D a los que el socialista vizcaino se presentó como séptimo en las listas por Madrid y no logró asiento en el hemiciclo. La repuesta de Sánchez al envite le llegó horas después, cuando en una entrevista en Antena 3 confirmó que volverá a ofrecer a Madina el mismo séptimo puesto en la lista de Madrid.
Madina se enfrentó a Sánchez en las primarias para la secretaría general del PSOE, en las que también participó José Antonio Pérez Tapias. Ambos representan dos visiones muy diferentes y soterradamente enfrentadas dentro de su partido, unas tensiones que no afloran para no dañar las posibilidades del partido y de su actual líder de alcanzar La Moncloa.
Susana Díaz intentó descabalgar a Sánchez en un primer momento tras las elecciones aprovechando los peores resultados del PSOE en unos comicios generales, pero el líder socialista logró el apoyo del aparato al menos hasta el 26-J. La baronesa andaluza aparcó sus ambiciones y plegó velas a la espera de nuevos acontecimientos. Sin embargo, sigue moviéndose entre bastidores con la vista puesta en hacerse con las riendas de Ferraz y cada vez que se pronuncia en público envía un recado más o menos explícito a Sánchez. La renuncia de Irene Lozano -que pese a caer a última hora en el PSOE tras desertar de UPyD ocupó un lugar privilegiado en las listas de Madrid, desplazando a Madina- facilita las cosas a Sánchez de cara a buscar un hueco visible al reputado socialista vasco, pero está por ver si el secretario general del partido no repite la jugada de diciembre y relega a Madina a puestos traseros.
Susana Díaz salió al rescate de Madina y señaló que “no existen muchas personas que gocen del reconocimiento interno y externo de Eduardo, al que se le quiere dentro del PSOE pero igual o más, fuera”. En esta línea, la presidenta de la Junta andaluza dijo que es momento de prestigiar la política y “rodearse de los mejores por lo que hay que contar con gente del capital de Eduardo Madina”.
Las convulsiones internas le han llegado a Sánchez nada más constatarse su intento fallido para la investidura. El primer aviso lo recibió el pasado jueves con la espantada de la exministra Carme Chacón al rechazar encabezar la lista del PSC. No se cortó en airear sus diferencias con Sánchez y manifestó que su renuncia se debe a “razones políticas”. Pocas horas después, Irene Lozano cogía la misma puerta de salida, aunque en este caso por aduciendo motivaciones personales y profesionales.
El hueco de Lozano en las listas de Madrid podría ser ocupado por Madina, aunque Sánchez no parece dispuesto. Y la vacante de la que fue mano derecha del presidente José Luis Rodríguez Zapatero ya empieza a tener coberturas. Ferraz ya ha designado a Meritxell Batet como candidata oficialista para sustituir a la exministra. La diputada socialista anunció ayer que “da el paso” convencida de que podrá “mejorar” el resultado del PSC, que tocó mínimos en los pasados comicios de diciembre. De momento, ya tiene un oponente con el que medir fuerzas en las primarias que se votarán el 14 de mayo. Se trata de Carles Martí, un político con mucho predicamento entre las bases del socialismo catalán, algo de lo que Chacón era muy consciente, y ahí una de las explicaciones de su renuncia.
El Comité Federal del PSOE se reunirá hoy para poner en marcha la convocatoria de primarias para designar al candidato a presidente del Gobierno y el proceso de aprobación de las listas electorales, en el que se ha reabierto la pugna tras las renuncias de Chacón y de Lozano. La reunión se presentaba en calma, pero la marcha de la exministra y las perspectivas electorales de Sánchez ante la amenaza de la posible coalición de Podemos e IU han vuelto a agitar las aguas en el seno del partido.