Bilbao - El líder del PSOE dedicó su intensa jornada ayer en Euskadi a vender su producto, que no es otro que su candidatura a presidente del Gobierno español en las elecciones generales que, previsiblemente, se celebrarán el próximo noviembre. Así, dedicó la mañana a la faceta más económica y sociolaboral con su encuentro con los empresarios alaveses y una visita a la planta de Mercedes-Benz en Gasteiz, y la tarde celebró un acto político en Bilbao que dedicó prácticamente al marcaje de Marino Rajoy, su gran rival en los comicios.
Comenzó su visita con un encuentro privado con la patronal alavesa SEA, en la que anunció algunas medidas del programa socialista como la FP dual, para luego trasladarse a la factoría de Mercedes-Benz. Sánchez no dejó nada al azar pues llegó a la planta a bordo de una de la furgonetas de última generación de la multinacional, que conducía, acompañado por la secretaria general del PSE, Idoia Mendia, y la líder de los socialistas alaveses, Cristina González.
Después de almorzar con los dirigentes del PSE, Sánchez ofreció un acto político en Bilbao muy enfocado a los medios audiovisuales para los que los socialistas emplearon un formato de micromitin, tanto por el aforo, de no más de 150 personas, como por su duración: 26 minutos en total para tres oradores, el dirigente vizcaino Mikel Torres, Idoia Mendia y el propio aspirante a La Moncloa. Sánchez, muy pegado a la actualidad, focalizó toda su atención en el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, al que advirtió de que emprenderá una serie de reformas del legado de los populares si se convierte en presidente del Gobierno español. Así, anunció que derogará la Lomce, la ley mordaza y la reforma laboral, reformará el Estatuto de los Trabajadores y el IRPF, y bajará el IVA cultural.
El dirigente del PSOE evidenció su buena sintonía con el socialismo vasco al alabar a algunos de sus representantes, a los que ha fichado para su gobierno en la sombra, como Patxi López -presente en el mitin- y el exconsejero socialista de Sanidad, Rafael Bengoa. Así, cerró el acto prometiendo que “el PSE va a pintar y mucho” si el PSOE gana las elecciones y él se convierte en presidente.
Pedro Sánchez solo dejó a un lado a Rajoy cuando afirmó -ya lo había dicho en la comparecencia- que los socialistas quieren “forjar y construir proyectos basados en la fuerza de la unión y no de la segregación” porque hay “desafíos muy importantes” que “tienen que ver, sobre todo, con el desempleo”. Podía aludir a Catalunya o quizá a Euskadi, aunque no lo aclaró. Tampoco aludió al proyecto de los socialistas para reformar la Constitución, como tampoco mencionó en ninguna de sus intervenciones el encuentro que mantendrá este mediodía en Lehendakaritza con Iñigo Urkullu, la primera reunión que tienen los dos políticos. En una situación de relaciones engrasadas entre PNV y PSOE gracias a su reciente acuerdo institucional, el Gobierno vasco espera que de la reunión puedan salir “espacios comunes de interés compartido”.
Quien sí aludió a Urkullu fue Media, que instó a Pedro Sánchez a que, si el lehendakari le habla del “discurso socialcristiano” jeltzale, recuerde que el “giro social” del Gobierno del PNV ha sido por la exigencia y la determinación de los socialistas vascos”.
Realidad nacional vasca Respecto a las relaciones entre socialistas y jeltzales, el PNV reiteró ayer la condición que establece para cualquier nuevo modelo de Estado, incluida la reforma federal de la Constitución del PSOE, como es que en ella tenga “hueco” la “realidad nacional vasca”. Así lo afirmó la presidenta del Bizkai Buru Batzar, Itxaso Atutxa, que negó que haya un “pacto previo” entre estos dos partidos antes de las elecciones generales y que es algo que “dependerá de muchas cosas”.