Gasteiz - La entrevista se realiza el día en que, por primera vez, el PP vasco se posiciona al completo en contra de la reapertura de la central nuclear de Garoña. Es el primer ejemplo de los "pequeños" cambios en el PP vasco que Quiroga ha anunciado. Eso sí, que nadie espera reflexiones sustanciales sobre el modelo de país, porque los populares vascos no se van a "convertir en nacionalistas". El derecho a decidir está en su punto de mira, así como la participación a título individual de líderes del PNV en la cadena humana de Gure Esku Dago. A su juicio, la "estrategia" de los jeltzales es esperar hasta las elecciones autonómicas cuando presentarán su "propuesta" por el derecho a decidir.

Hablaba usted de "signos de vitalidad" en el PP de la CAV tras haber perdido 40.000 votos y perforar su suelo electoral. ¿Lo puede explicar?

-Tenía muy claro que en las elecciones europeas no íbamos a tener un resultado muy bueno, tanto por lo que veíamos en las encuestas como por la percepción que nos venía de la calle. Nosotros ya habíamos cifrado nuestro porcentaje de voto más o menos en un 10%. Entra dentro de la tarea que tengo desde que llegué a la presidencia del partido, darle la vuelta a esa tendencia de pérdida de votos que viene desde el año 2001.

Extraña que no haga una reflexión autocrítica más allá de achacar los resultados a la abstención, la crisis y el desgaste del gobierno de Rajoy.

-Si la autocrítica es flagelarse públicamente, no sirve para nada. Yo ya había hecho el diagnóstico hace meses, ya sabía qué iba a ocurrir, y es evidente que hay que tomar medidas y ponerlas en marcha. Ya había dicho que hay un distanciamiento entre nuestro votante, los ciudadanos en general y nosotros. Ese fue uno de los motivos para pedir que se celebrara el congreso el pasado mes de marzo, de manera previa a empezar una nueva etapa. Hay cosas que podemos hacer nosotros, como PP vasco, y otras que dependen de Madrid. Y como PP vasco debemos aprovechar esta nueva etapa en la que no vamos a estar a sobrevivir, a resistir, para conectar mucho más con la sociedad, detectar las demandas de los ciudadanos y trasladarlas a las instituciones.

¿Y cómo se va a concretar ese cambio de posiciones que anunció respecto al modelo de país?

-Hay que partir de que en el tema de autogobierno vamos a seguir siendo lo que somos; vamos, que no vamos a sumarnos a la cadena humana del derecho a decidir. Estoy segura de que hay una mayoría social en el País Vasco, y así se manifiesta una y otra vez, que apuesta por la moderación, por la centralidad, por la estabilidad y por la seguridad. Y está viendo que algunas de las formaciones que apostaban por eso, como el PNV, están empezando a ir hacia algo que ya conocemos y que no representa precisamente esa estabilidad.

Dice que esa apuesta de centralidad que el PP representa es la de la mayoría social, aunque esta apoya en las urnas otra centralidad.

-La centralidad no es el derecho a decidir. Y eso algunos lo saben, y por eso juegan los domingos a una cosa, los lunes a otra y los viernes a otra. Yo no necesito jugar a eso. Nuestro proyecto de centralidad encarna mucho mejor la sociedad del siglo XXI.

¿Qué propone en concreto cuando asegura que está dispuesta a hablar del desarrollo estatutario?

-Cuando se nos planteó la ponencia de autogobierno nos dijeron que se iba a hacer un análisis de cómo está el desarrollo estatutario. Y vemos que ya nos están adelantando el diagnóstico final. El lehendakari Urkullu ahora nos dice que empezamos otra época y que lo que está sobre la mesa es el derecho a decidir. Pero ¿qué hay detrás del derecho a decidir, cómo se administra el día siguiente a ese ejercicio del derecho a decidir? Quien tiene la obligación en estos momentos de decirnos qué quiere es el lehendakari. Veo clara la estrategia del PNV y me niego a entrar en ella. Si la única revisión que se pueda plantear respecto al autogobierno en el País Vasco es el derecho a decidir porque se considera que está superado todo el marco normativo, pues entonces que el PNV pacte una propuesta con EH Bildu, la traiga al Parlamento vasco y que se vote. Al menos pedimos claridad y honestidad con los ciudadanos.

¿En esta misma línea de claridad, puede aclarar entonces qué aspectos del Estatuto de Gernika propone desarrollar el PP?

-Primero, no necesitamos una ponencia para hablar de los aspectos del Estatuto que no se han desarrollado, porque informes no faltan. Pero se está diciendo que el Estatuto está superado y hablan del derecho a decidir, que no está recogido ni en el Estatuto y en la Constitución. Estamos en otro debate. ¿Estamos hablando de Estatuto, del nivel competencial o de la segunda descentralización que debería haber hacia las diputaciones y los ayuntamientos, asuntos en los que haríamos nuestras propias propuestas? ¿O por el contrario, y lo estoy viendo, estamos en otras cosas como las de la cadena humana de Gure Esku Dago, en la que Andoni Ortuzar va a participar? El PNV está en otra cosa.

El PNV lleva años denunciando el incumplimiento estatutario por parte de los gobiernos del PP y del PSOE, y no ha logrado avances.

-¿A estas alturas de la película alguien se cree que el PNV está preocupado porque no se desarrolla el Estatuto? Si es que esto está sobrepasado, si es que el PNV ya no está en eso, sino en la cadena del derecho a decidir.

¿...?

-El PNV está dejando a EH Bildu que lidere el movimiento independentista en la calle, y le está pasando como a CiU, que no quiero, no quiero, pero al final terminó yendo.

Sigo sin visualizar esas ese cambio del PP vasco sobre el modelo de país.

-Es más bien una actitud, un planteamiento que hacemos de ir poco a poco. Se va a ver un cambio de actitud. ¿Eso quiere decir que nos vamos a convertir en nacionalistas o apoyar el derecho a decidir? No. Pero sí que con nuestras propuestas queremos decirle a esa mayoría de vascos que estamos aquí y que cogemos el guante para liderar esa alternativa. Y eso que sabemos lo que va a pasar: el PNV irá a la cadena humana y a la semana siguiente con un gesto, con una entrevista, mandará el mensaje de tranquilos, porque nosotros estamos aquí para que estos [por EH Bildu] no se van a subir al monte y no vaya a pasar una situación parecida a la de Cataluña.

Ortuzar ha dicho que es en los parlamentos donde se llega a acuerdos.

-Pues bien, en eso estamos de acuerdo y por eso le pedimos que apoye nuestra propuesta de pleno monográfico en el que debatir los modelos de país de cada cual. Nosotros tenemos claro nuestro modelo de Euskadi, dentro de España y dentro de Europa. ¿Y el PNV? Hemos oído a Joseba Egibar decir en el Parlamento que Euskadi sería independiente y luego negociar cómo nos situamos dentro de España y dentro de Europa. Vamos a ver, eso es incompatible. Sería bueno clarificarlo y por eso espero que el PNV recoja el guante. Pero nos remiten a la ponencia y ya nos dijo Ortuzar que la misma iba a estar marcada por los hitos de las elecciones. Claro, el PNV ni loco va a irse de la centralidad con unas elecciones municipales y forales a la vuelta de la esquina porque sabe que se juega el poder. Pero ¿qué pasará el día siguiente? Que volveremos con el derecho a decidir y cuando lleguen las elecciones autonómicas harán una propuesta. Mientras tanto, todos enredados aquí. Es injusto e irresponsable.

¿Está pensando en abandonar la ponencia de autogobierno?

-Yo no rompo nada, solo estoy poniendo sobre la mesa las contradicciones del PNV y del lehendakari. En la ponencia de autogobierno estamos haciendo un trabajo serio porque nos lo hemos creído, y resulta que en cada pleno nos están sacando de la ponencia porque votan el derecho de autodeterminación. Eso de que partíamos de cero no es verdad, ya me están diciendo a dónde quieren llegar. No abandonaremos la ponencia pero vemos que nos están utilizando en una estrategia partidista. Se les ve el plumero claramente. El PNV sabe que es una irresponsabilidad ejercer el derecho a decidir. Si es que fuera nuevo para los vascos... Pero tenemos la experiencia del plan Ibarretxe. El PNV no ha aprendido la lección. EH Bildu está apretando y liderando esta iniciativa, alrededor de la cual está formando un frente con Podemos, y el PNV está como siempre, a ver dónde estamos, el domingo aquí y el lunes allí. Yo tengo mi modelo y no voy a ser la que dé al PNV la coartada para subirse al monte.

No contesta a si el PP vasco cambiará de postura respecto al desarrollo estatutario. Concreto: ¿pedirá la trasferencia del régimen económico de la Seguridad Social?

-Quiero que los pensionistas en Euskadi tengan la calidad de vida de ahora y el PNV sabe que hace trampa con los números que está haciendo. Es su cantinela.

¿Y por qué no transferir las prisiones?

-Creo que se puede hablar de todo. Pero no podemos abstraernos del contexto en el que estamos. Hay algunos que quieren correr mucho y vemos cómo confluyen PNV y EH Bildu en el acercamiento de presos. Egibar dice que esto ya se ha acabado, que no hay nada de ETA. Yo le veo correr mucho, porque no he oído de todo ese colectivo de presos reconocer que se apartan absolutamente de la disciplina de ETA. No podemos pasar página tan pronto.

O sea, que condiciona la transferencia de prisiones a...

-Hay que saber la lealtad con la que se va a actuar.

El que no corre nada es Mariano Rajoy. Vamos para tres años del cese definitivo de la violencia de ETA y el presidente español nada ha movido en cuanto a pacificación.

-Le he dicho ya lo que pienso. En el momento en que estamos me gustaría que hubiera una iniciativa por parte de Rajoy, un liderazgo compartido que hiciera el cierre de lo que ha pasado, que sirviera para reivindicar que la que ha derrotado a ETA ha sido la sociedad vasca.

¿Ve movimientos a corto plazo?

-El Gobierno de Rajoy tiene una prioridad evidente, que es la de sacar a España de la crisis, y está en eso.

¿Urkullu debería acudir a la proclamación del nuevo rey?

-A mí, como vasca y siendo él lehendakari de todos los vascos, me gustaría que fuera. Si no lo hiciera, no estaría siendo lehendakari de todos los vascos, sería solo de unos.

¿Sirve de algo el delegado del Gobierno español en Euskadi que no sea para querellarse contra ayuntamientos por el euskera o las banderas?

-Carlos Urquijo está garantizando el cumplimiento de la ley. Esta pelea no es nueva, en realidad da igual quién sea el delegado.

O sea, que es la persona indicada.

-Sí. Además sé que la figura del delegado vende. No puede haber un delegado del Gobierno que no sea criticado por el Gobierno Vasco y el PNV. El nacionalismo tiene que confrontar siempre con alguien, necesita el victimismo. Si no, ¿qué hace? Una vez EH Bildu quiso reprobar en el Parlamento Vasco a Carlos Urquijo y la delegada en Navarra. Supimos que Urquijo no había hecho esas actuaciones que le criticaban y EH Bildu nos dijo algo así como que era preventivo. Algunos tienen que evidenciar que siempre hay un extraño, y el extraño tiene que ser el que representa a España. Y paso por alto la falta de consideración con una parte de esta sociedad que cree que el delegado es una figura que no se tiene que demonizar. ¿Por qué hay que hacer apartheid con esta persona que está cumpliendo con su cometido? Un poco de respeto institucional, por favor. Yo puedo discrepar con cosas que haga el lehendakari, pero declararlo persona non grata... Entra dentro de los clásicos del nacionalismo.

¿Ha restablecido relaciones con sus compañeros alaveses tras el difícil congreso del PP vasco de marzo?

-Tenía claro que necesitaba hacer cambios para adaptar el partido a estas circunstancias y a la toma de decisiones. En los partidos podemos estar a veces mal pero pasamos página, reseteamos. Las cosas van con mayor normalidad de lo que parece, pero como fue todo tan expuesto...