El Cairo. La cúpula militar de Egipto autorizó ayer al jefe del Ejército y ministro de Defensa, Abdel Fatah al Sisi, a que se presente a las próximas elecciones presidenciales, informó la agencia estatal de noticias Mena. El plazo de inscripción de los candidatos para las presidenciales comenzará el próximo 18 de febrero. El Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, presidido por Al Sisi, tomó esa decisión en una reunión, poco después de que las autoridades ascendieran al ministro al rango de mariscal. En el encuentro, los responsables castrenses también analizaron la situación de seguridad en el país, principalmente en la península del Sinaí, tras el aumento de los atentados terroristas.

Tras meses de incertidumbre en los que primero rechazó presentarse como candidato y luego mantuvo una postura ambigua, Al Sisi dijo recientemente que concurriría a las próximas presidenciales si el pueblo así se lo pedía y el Ejército se lo permitía. Esa autorización militar se produce después de que el domingo el presidente interino, Adli Mansur, anunciase un cambio en el calendario electoral, de modo que las presidenciales se celebrarán antes que las legislativas, ambas aún sin fecha.

Al Sisi está considerado el hombre fuerte de Egipto desde el golpe militar que derrocó al islamista Mohamed Mursi en julio pasado, tiempo en el que se ha convertido en un héroe para gran parte de la población egipcia.

De anunciar su candidatura, como le ruegan sus seguidores y numerosas figuras políticas, Al Sisi tendría que desvincularse antes por completo del Ejército, ya que el jefe de Estado debe ser un civil, según estipula la Constitución recientemente aprobada en referéndum.

Pero no es solamente Al Sisi quien toma posiciones ante los nuevos procesos electorales, el viceprimer ministro egipcio y titular de la cartera de Cooperación Internacional, Ziad Baha el Din, anunció ayer que había presentado su dimisión al jefe del Gobierno de su país, Hazem al Beblaui. En una carta a Beblaui difundida ayer a través de su página oficial en Facebook, el viceprimer ministro considera que su papel en el próximo periodo de la transición "será más coherente y eficaz en la acción política de partido y en la acción jurídica". El anuncio de la dimisión de este político socialdemócrata coincide en el tiempo con la luz verde que el Ejército ha dado a Al Sisi. Sin embargo, en su escrito de dimisión, fechado el pasado 23 de enero, Baha el Din no vincula su renuncia a ninguna circunstancia concreta. "Como empezamos un nuevo periodo en el que el país se prepara para elecciones consecutivas y para completar la hoja de ruta, pido que acepte mi dimisión del cargo de viceprimer ministro y ministro de Cooperación Internacional", escribe Baha el Din al jefe del Gobierno.

El portavoz del Gobierno egipcio, Hani Salah, informó a la agencia oficial Mena de que Baha el Din "reiteró de nuevo su dimisión" y agregó que el primer ministro no se había pronunciado todavía sobre la renuncia. Baha el Din encarna a la facción más moderada, los conocidos como "palomas", dentro del nuevo "establishment" egipcio, surgido tras el derrocamiento militar del presidente islamista Mohamed Mursi el pasado julio. Su nombre sonó fuerte como candidato a la jefatura de Gobierno tras el golpe, aunque fue vetado en última instancia por el partido salafista Al Nur.

preocupación en la onu Por su parte, la alta comisionada de la ONU para los derechos humanos, Navi Pillay, expresó ayer su preocupación por la escalada de violencia en Egipto, que ha causado decenas de muertos y pidió una investigación inmediata sobre esos hechos. "Después de los recientes ataques terroristas reprobables que casaron la pérdida de vidas y lesiones, por lo menos 62 personas murieron en El Cairo el sábado", recordó Pillay en un comunicado difundido ayer.

La alta comisionada pidió a las partes renunciar al uso de la violencia y actuar con moderación para evitar más desgracias. "Las fuerzas de seguridad tienen el deber de respetar el derecho a la protesta pacífica y las autoridades deben cumplir con su obligación internacional de garantizar que todos los egipcios ejerzan su derecho a la libertad de reunión y de expresión sin temor a la violencia o arresto", aseveró.

La alta responsable de Naciones Unidas sobre los derechos humanos también solicitó a los manifestantes egipcios que se aseguren de que "sus protestas siguen siendo pacíficas" y condenó los ataques violentos contra la policía y las fuerzas de seguridad.