LA Cooperación al Desarrollo sigue viva en Álava tras superar uno de los ejercicios más críticos de su historia, el de 2012, marcado por los drásticos recortes institucionales. No ha sido fácil levantarse otra vez para las distintas ONG que trabajan en este ámbito en el territorio, cuyos proyectos humanitarios en decenas de países extranjeros han quedado paralizados durante meses. Pero ahora, año nuevo mediante, vuelven a ver la luz. El pacto presupuestario alcanzado en Gasteiz entre el Gobierno municipal del PP y el PNV permitirá recuperar este año una partida de 2,2 millones de euros para cooperación internacional, casi al mismo nivel que en 2011 (2,6). El año pasado, únicamente se destinaron a esta actividad 386.000 euros, una cifra irrisoria que dejó herida de muerte a una de las señas de identidad históricas de la capital alavesa.
Después de un año "de reivindicación y protesta, de poner en valor la cooperación y los derechos sociales", las 36 organizaciones integradas en la Coordinadora de ONG de Desarrollo de Álava pueden volver a pensar en clave exterior, en dar vida a proyectos forjados con financiación municipal. Estas actividades no murieron del todo el año pasado gracias a otros cauces como la Agencia vasca de Cooperación, dependiente del Gobierno Vasco, que en este ejercicio sí sufrirá un recorte muy importante.
"Haya sido por nuestra pesadez o por una decisión política, nos alegra que la cooperación se haya puesto de nuevo encima de la mesa en Vitoria. Cuando se plantearon los Presupuestos de 2012 suponíamos que habría un descenso, pero no tanto, hasta su práctica desaparición", reconoce Inma Tazo, delegada de la Coordinadora en Álava. La labor de este colectivo va desde velar por que las Cuentas públicas no se olviden de la cooperación internacional hasta informar a las diferentes asociaciones sobre las convocatorias de subvenciones que parten desde las instituciones, una labor, en definitiva, de "interlocución" entre las ONG y la Administración.
Una de las organizaciones históricamente más activas en la provincia ha sido la Asociación Africanista Manuel Iradier, que viene desarrollando desde su fundación en el año 1989 un proyecto integral de cooperación en el distrito de Kogo, ubicado en la zona continental de Guinea Ecuatorial. Luis Royero, secretario técnico de la asociación, hace una valoración "positiva" de la recuperación de la partida presupuestaria en el Ayuntamiento tras un "desmantelamiento progresivo de los fondos para cooperación, como consecuencia de la crisis".
Este colectivo ha logrado reconstruir en Kogo un hospital y ha desarrollado distintos programas en materia educativa e impulsado dos estructuras más, un centro cultural y otro de promoción de la mujer. También, ha realizado proyectos en distintos países africanos como la República Democrática del Congo, Benín o Sierra Leona. El recorte municipal tuvo el año pasado una influencia decisiva sobre el programa desarrollado en este último país, consistente en la rehabilitación y dotación de una escuela de enfermería y la formación de su personal. "Casi se tiró todo por la borda", reconoce Royero. Ahora, el colectivo tiene la oportunidad de retomar varios proyectos inacabados como éste e iniciar otros gracias a la recuperación de la partida. En los próximos meses comenzarán a salir las distintas convocatorias de subvenciones.
"Todos estos ajustes estructurales que se han hecho aquí también se realizaron en los 80 en los países donde trabajamos, y lo único que han traído es pobreza". Pone esta voz de alarma Estíbaliz Gómez de Segura, portavoz de la ONG Mugarik Gabe, que a lo largo del año pasado se vio obligada a poner el freno a varios proyectos de sensibilización sobre consumo consciente y responsable a nivel local y a otros ya iniciados en países como Colombia o Nicaragua.
El primero, en la zona indígena de Cauca, todo un polvorín de vulneración de derechos humanos, destinado a dar herramientas de defensa a la población autóctona; el segundo, para luchar contra el cáncer uterino, con fondos de la Diputación alavesa. "La cooperación es una política frágil, que sólo interesa cuando hay dinero. Los compromisos políticos no valen", censura Gómez de Segura. La portavoz de Mugarik Gabe lamenta que, a diferencia de lo que ha sucedido con el ámbito de la cooperación, los grandes clubes deportivos de la ciudad -Alavés y Baskonia- sí han visto incrementadas las subvenciones que reciben desde las instituciones. "¿Dónde están las prioridades?", se pregunta Gómez de Segura, quien recuerda que aunque Gasteiz casi ha igualado el gasto en cooperación internacional respecto a 2011 "éste es el más bajo en cinco años, y eso también es una realidad".
atados de pies y manos Para Medicus Mundi y su técnica de proyectos, Itziar Inza, 2012 también ha sido un año muy difícil, en el que los recortes dejaron al colectivo "atado de pies y manos" para continuar con sus proyectos. El más directamente afectado por la tijera municipal se llevaba desempeñando desde 2008 en Huaycan, una zona deprimida del Este de Lima (Perú), y consistía en trabajar con distintas organizaciones de base de mujeres. La ONG construyó en su día una Casa de la Mujer para dar cobijo a todas ellas, desde donde se han desplegado distintos planes en favor de la salud sexual y reproductiva o la prevención contra la violencia de género.
Por suerte, otras vías de financiación alternativas han permitido seguir con el proyecto vivo, aunque el objetivo es retomarlo ahora de nuevo con fondos municipales. "El futuro es incierto. Tenemos la certeza del Presupuesto de este año pero en 2014 quién sabe lo que va a pasar. Es necesario que haya apuestas reales, no sólo que se recupere la cooperación gracias a un acuerdo político. La sensación de incertidumbre sigue, porque creas unas expectativas entre la gente del Sur con la que trabajamos y cuando no se cumplen las decepcionas", analiza Inza.
Entretanto, la delegada en Euskadi de la ONG Save the Children, Eva Silván, prefiere ver el vaso medio lleno, tras un ejercicio de "recortes sin capacidad de reacción y que además no han venido solos". A su juicio, "Vitoria vuelve a colocarse en el centro de las políticas de cooperación a nivel estatal e internacional en medio de esta crisis, lo que es una decisión valiente". El tijeretazo municipal impidió a Save de Children dar continuidad a varios proyectos ya iniciados que ahora, por suerte, podrán volver a retomarse. "Esperamos que ahora podamos seguir colocando a la infancia en el centro de las políticas de cooperación", anhela Silván.
Uno de los más afectados por el cierre del grifo municipal fue el que la ONG viene desarrollando desde hace ya cinco años en Centroamérica, una estrategia integral para atender y proteger a las mujeres y niñas víctimas de la explotación sexual en Centroamérica, una región "muy vulnerable" con múltiples fronteras. Nicaragua, Guatemala, El Salvador, Honduras... Por culpa de los recortes, "ahora tenemos una menor posibilidad de impacto y atención", lamenta Silván. El colectivo espera ahora recuperar el tiempo perdido. Al igual que ha sucedido con otros proyectos de sensibilización llevados a cabo a nivel local, de carácter educativo, en favor de un modelo "más equitativo" y de formar a una ciudadanía "crítica y comprometida".