El trayecto acostumbra a ser corto. Apenas veinte kilómetros que la autovía devora sin miramientos. Sin embargo, la distancia ayer entre Agurain y la capital alavesa parecía haberse duplicado durante la noche. La sucesión de ráfagas de un viento que retaba la verticalidad de los árboles, los aguaceros incesantes, a ratos, verdaderas cortinas que dificultaban la visibilidad, y la nevada caída -escasa, pero con el suficiente grosor como para tapar la superficie de los vehículos aparcados a la intemperie y de las calles y parques de la capital de la Llanada oriental- daban una idea de que el trayecto podía convertirse en una aventura. Sin embargo, las pistas apenas si anunciaban los matices de la realidad. Una vez en marcha por la A-1, el manto blanco caído por la noche iba desvaneciéndose conforme la imagen de Vitoria se agrandaba en el horizonte. La nieve dejaba sitio en los campos a verdaderas balsas de agua, ya que la tierra apenas si puede tragar más tras tres semanas de precipitaciones continuas. Tal circunstancia volvió a convertirse en drama en los puntos habituales.
Mientras que el conductor intentaba sortear los charcos en la antigua N-I cuando ésta llega a Gasteiz, en Arkaute los vecinos ya no miraban al cielo. No tenían tiempo. Sus ojos se centraban en el suelo y en el cauce del río Santo Tomás, que amenazaba nuevamente. Y su empeño no quedó ahí, ya que a la tarde volvió a desbordarse generando los mismos problemas de siempre, como en buena parte de los concejos de Vitoria que se ubican en las escorrentías que llegan de los Montes de Vitoria. Otazu, Mendiola o Monasterioeguren temían por sus ríos. Otra vez inundaciones. Como en los municipios aledaños al Zadorra, que asumía ayer como podía el caudal que se decidió desaguar del pantano de Ullibarri Ganboa, otra vez en máximos (más del 91%), dada la persistencia del presente temporal.
En concreto, según los datos aportados por Ur Agentzia (Agencia Vasca del Agua), el desembalse del vaso ayer ya alcanzaba los 30 metros cúbicos por segundo, cantidad que podría incrementarse hasta los 45 si se constata un descenso del nivel del Zadorra a su paso por Abetxuko, circunstancia que estaba prevista para la presente madrugada. Además, hoy por la mañana se evaluará si se es posible un nuevo incremento en el vertido (más de 45 metros cúbicos por segundo), ante las precipitaciones previstas para la próxima semana.
Al respecto, la Agencia Efe apuntaba lo dicho por fuentes municipales. Éstas avisaban de que la crecida de los ríos que transcurren por Vitoria incrementaba el nivel de alerta por inundaciones en Abetxuko, la avenida del Zadorra, Asteguieta, Elorriaga o Arkaute. De ahí que efectivos de la Policía Local y de los Bomberos destinasen ayer parte de su jornada laboral a patrullar varios puntos de la periferia de la ciudad para informar a los posibles afectados de los riesgos y, en su caso, poner a su disposición sacos de tierra por si hiciera falta.
En concreto, la misma fuente afirmaba que en Abetxuko se había cerrado a partir de las seis de la tarde la calle de La Presa, lo mismo que la avenida del Zadorra porque el nivel de éste subía "rápidamente". En Elorriaga y Arkaute se desbordó el río Santo Tomás y la Guardia Urbana se desplazó a Asteguieta, junto con miembros de urgencias sociales, para ofrecer a los vecinos ser realojados la pasada noche en recursos municipales.
Ayer, sin ir más lejos, se reunió la Mesa Interinstitucional de Seguimiento del Sistema del Zadorra. En ella participaron responsables de URA, la Dirección de Atención de Emergencias y Meteorología del Gobierno Vasco, la Diputación alavesa, el Ayuntamiento de Vitoria, Amvisa, el Consorcio de Aguas Bilbao Bizkaia e Iberdrola. Todos ellos, por unanimidad, solicitaron proponer a la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) mantener el desembalse de 30 metros cúbicos y su incremento posterior a 45. La CHE dio el visto bueno a la medida, que no será la última, ya que desde URA manejan escenarios con nuevas precipitaciones, que podrían derivar en el mantenimiento de los desembalses. Sin embargo, "no es previsible que se produzcan situaciones de peligro". En concreto, la Confederación Hidrográfica del Ebro estima que el Zadorra, antes de la pasada medianoche, podría alcanzar un caudal de 125 metros cúbicos por segundo, una punta algo inferior a la que se registró en la crecida del 19 de enero pasado.
Aunque el peligro, no siempre es objetivo. No en vano, ayer las riberas del río alavés por excelencia volvían a perderse sumergidas en los millones de litros de agua que bajaban en busca del entronque con el Ebro. Localidades como Trespuentes, Abetxuko, Gamarra, Yurre o Durana volvían a sentir la fuerza del agua -con carreteras y caminos en riesgo de quedar impracticables o de quedar clausuradas al tráfico- mientras que en las inmediaciones de la capital, los habitantes de los concejos de ésta se peleaban con los regatos del sur, otra vez fuera de sí. Entre ellos, Eduardo. 41 años le contemplan desde que llegó a su casa, ya cansada tras cinco inundaciones, la última, sufrida apenas unas semanas y que ha dejado una marca en las paredes a una altura de casi 30 centímetros. Sabe lo que dice y conoce la solución a los problemas de los pueblos de las inmediaciones de Vitoria. Los puentes y las infraestructuras tienen los ojos casi cerrados. Es necesario actuar sobre ellos. Mientras eso no sucede, él se afana en llenar sacos con arena y de apilarlos en las entradas de sus propiedades. No es cuestión de tropezar otra vez con la misma piedra. O con el mismo regato.
Red de carreteras Sea como fuere, lo cierto es que el recrudecimiento del temporal dejó ayer un parte de incidencias significativo. Pese a que el Programa Operativo de Vialidad Invernal de la Diputación seguía activado en fase de emergencia -con 53 operarios y 20 quitanieves implicados en la red principal de carreteras y una legión de colaboradores en las cuadrillas-, lo cierto es que volvió asentirse la furia de las inclemencias en los puertos de toda la vida. Es decir, las cimas de Opakua y Herrera estuvieron cerrados al tráfico para todo tipo de vehículos. Además, en Bernedo y Zaldiaran era necesario el uso de cadenas o neumáticos de invierno para los turismos, aunque se cerraron a camiones y vehículos articulados. En Altube, cerrado para camiones, los turismos tuvieron que circular con precaución y está cerrado para camiones.
En cualquier caso, la dirección de Tráfico del Gobierno Vasco recomienda precaución en más de una veintena de puertos vascos de la red secundaria, así como al paso de la N-I entre Navarra y Vitoria, la autovía A-15 (Navarra-Andoain) e Irurzun-Gipuzkoa, y la AP-1 Arrasate-Eibar, todos ellos tramos de la red principal de carreteras vasca.