El Cairo. Es la hora de las barbas en Egipto, y también de la Zebiba -la marca que se produce en la frente de tanto rezar-. Este fin de semana, los islamistas, que son los que más se han beneficiado del cambio que ha tenido lugar en Egipto tras la caída del régimen de Hosni Mubarak, han demostrado su fuerza en las calles de Egipto. Tras la multitudinaria manifestación del sábado en El Cairo para mostrar su apoyo al presidente Mohamed Mursi, ayer volvieron a sacar músculo. Esta vez ante el Tribunal Constitucional, que decidió finalmente suspender indefinidamente sus sesiones sobre la validez de la Asamblea Constituyente hasta que se le permita trabajar "sin presiones". Poco después, la corte anunció una huelga para protestar por esta situación.
Las manifestaciones alrededor del edificio impidieron a los magistrados pronunciarse sobre la Asamblea, que redactó la nueva Carta Magna que será sometida a referéndum el 15 de diciembre, una consulta que la principal asociación de jueces ha anunciado que no va a supervisar. Al estar la corte rodeada de miles de manifestantes, los jueces no lograron celebrar la reunión prevista para estudiar las denuncias que piden la anulación de esa asamblea y de la Shura.
Estos dos órganos debían ser examinados por irregularidades en su composición, aunque ambos gozan de inmunidad desde que el pasado 22 de noviembre el presidente egipcio los declarara indisolubles. La vicepresidenta del alto tribunal, Tahani el Gebali, explicó que el Constitucional pospuso el caso hasta una fecha indeterminada debido a que los jueces recibieron amenazas de muerte. También se extendieron los rumores de que los manifestantes, en su mayoría de tendencia islamista, iban a prender fuego al edificio del tribunal, ubicado en el barrio cairota de Maadi.
Bloqueo del constitucional En un comunicado posterior, el Constitucional destacó que "hoy es un día muy oscuro en la historia de la Justicia egipcia" y anunció la suspensión de sus sesiones hasta una fecha en la que puedan trabajar "sin presiones psicológicas ni físicas". La corte explicó que masas de personas rodearon ayer el tribunal, cortaron los accesos y se subieron encima de sus muros, al tiempo que corearon lemas contra el tribunal. De acuerdo con la nota, el ambiente "cargado de envidia, deseo de venganza e intentos de crear enemistades irreales" impidió a los jueces entrar en el edificio "por las amenazas a su seguridad".
En los alrededores del tribunal, algunos grupos han levantado incluso tiendas de campaña para expresar su rechazo al Constitucional y su apoyo a las decisiones de Mursi. El joven Omar Gabr señaló a Efe frente a la entrada de la corte que si esta falla la disolución de la asamblea o de la Shura, Egipto sufrirá "un vacío político" que redundará en favor de los militares y los remanentes del antiguo régimen de Hosni Mubarak.
"Los jueces no han venido porque saben que se han convertido en los enemigos del pueblo, que ya ha expresado su apoyo a la asamblea, al presidente y a la declaración constitucional", afirmó. Ante esta situación, el presidente del Partido Libertad y Justicia (PLJ), el brazo político de los Hermanos Musulmanes, Saad Katatni, pidió a los manifestantes que protesten de manera pacífica y no obstaculicen el trabajo del Tribunal Constitucional. Sin embargo, la formación política subrayó que la reforma de la judicatura ha sido una de las demandas de la revolución egipcia debido a que algunos individuos en estas instituciones son cercanos al régimen de Mubarak, derrocado en febrero de 2011.
El PLJ denunció las "prácticas erróneas" de una minoría de jueces, que "ha emitido sentencias basadas en consideraciones políticas y no legales", en alusión a un fallo anterior del Constitucional para disolver la cámara Baja del Parlamento. Mursi anunció el sábado que el referendo sobre la Carta Magna se celebrará el próximo 15 de diciembre, después de que esta haya sido aprobada por la Asamblea Constituyente a pesar del boicot de los grupos liberales y laicos.
Carta Magna Para el ingeniero Mahmud Desuki, que acudió ayer a la sede del Constitucional, "esta es la mejor Carta Magna que se ha hecho nunca en Egipto", una opinión que coincide con muchos islamistas pero que no comparten los liberales y laicos por la falta de consenso alcanzado. La convocatoria del plebiscito ha despertado las críticas de opositores como el Partido de la Constitución, encabezado por el Premio Nobel de la Paz Mohamed el Baradei, quien consideró que esto llevará al país "a una crisis sin precedentes en su historia".
Por su parte, el excandidato presidencial y jefe del Partido de la Conferencia Egipcia, Amro Musa, instó a las fuerzas del llamado Frente de Salvación Nacional a que celebren una reunión urgente para analizar las consecuencias de esta convocatoria. Musa apuntó que el texto de la Constitución se ha preparado "con una rapidez sin precedentes y sin que haya una discusión popular verdadera sobre sus artículos antes de la celebración del referendo".