Pocas fechas son tan esperadas por los vitorianos como el 25 de julio, día de Santiago o del Blusa. La jornada es mucho más que un número en rojo marcado en el calendario. Es el preludio de unas fiestas, las de La Blanca, que arrancarán en poco más de una semana y, por lo tanto, un ensayo en el que la ciudad no duda en echar la casa por la ventana, consciente, sólo a medias, de que debe ahorrar todavía energía para llegar con fuerzas a la bajada del Celedón.
Pero eso será otro día. Hoy, la ciudad amanecerá con ese olor tan característico a ajo. Los más madrugadores tomarán posiciones en la Cuesta de San Francisco para hacerse con las mejores ristras, toda una tradición que va pasando de generación en generación, y que afortunadamente ni los jóvenes quieren a olvidar. Sin duda, esta calle que da acceso al Casco Viejo será el epicentro de la fiesta, pero no su alma, que un año más estará encarnada en los blusas y neskas.
Sus albarcas llevan casi un año guardadas en algún armario de casa, por lo que están sedientos de fiesta. Ellos serán los que den vida a las arterias gasteiztarras. Antes, sin embargo, no faltarán a su cita con los que ya no pueden disfrutar de estas fiestas, con los difuntos. Tras la misa en la capilla de la Virgen Blanca acudirán al cementerio de Santa Isabel, donde colocarán flores sobre las tumbas de los blusas ya fallecidos.
Los actos lúdicos propiamente dichos arrancarán a las 10.00 horas en la plaza de la Virgen Blanca. Aunque ha desaparecido del programa oficial de fiestas, el Día del Blusa contará finalmente con la tradicional carrera de burros. La cancelación de uno de los eventos más importantes de la jornada era una de las consecuencias de los recortes en las aportaciones festivas del Ayuntamiento gasteiztarra. La ida a los toros o la citada carrera de burros han visto reducido su presupuesto un 25%, por lo que la Comisión de Blusas decidió suspender la cita. Sin embargo, la inesperada aparición de un patrocinador privado, la del obrador El Talo, va a permitir que la divertida carrera se pueda celebrar.
Media hora más tarde, los jinetes cambiarán los asnos por las vaquillas en la plaza de toros. Aunque siempre hay algún valiente dispuesto a jugarse el tipo, probablemente no se atreverán a subirse sobre sus lomos, pero la cita dejará a buen seguro más de una sorprendente demostración del buen manejo del capote, y también alguna que otra coz. En ese mismo escenario, ya por la tarde, los aficionados dejarán sitio a los profesionales. La primera corrida de abono de la temporada se celebra con una importante ausencia, la de Manuel Díaz El Cordobés, que debido a la lesión que arrastra desde el sábado a raíz de la cornada que sufrió en la plaza de la Línea de la Concepción, ha decidido no torear en la capital alavesa. Sí lo harán en cambio Juan José Padilla y el Fandi, que lidiarán con toros de la ganadería Carmen Segovia.
Como no podía ser de otra manera, tanto al comienzo como al final de la corrida, los blusas volverán a tomar las calles de la ciudad en el tradicional paseíllo. Provistos de sombreros para resguardarse del sol que se anuncia para este día, y con las botas bien repletas de vino, dejarán aflorar su lado más gamberro para hacer de los suyas y ya de paso provocar la risa a los cientos de personas que tomarán la calle desde Postas hasta la entrada al coso taurino.
feria agrícola Otro año más también, la Feria Agrícola de Santiago acercará las órbitas de los mundos rural y urbano. La cita, que por segundo año consecutivo apuesta por ubicarse en el campus universitario de Vitoria, hará bueno aquello de hacer más con menos ya que incrementa el número de stands y el de actividades con un 25% menos de presupuesto. La evolución de cifras al alza no concluye en este punto ya que la Diputación espera contar con la presencia de 22.000 visitantes en los 2.750 metros cuadrados de exposición.
El recinto reunirá desde las 10.00 horas a un total de 56 productores, todo ellos locales, lo cual supone un incremento del 20% respecto a la edición anterior. Además, en los distintos puestos que se colocarán a lo largo de la explanada se expondrán 18 productos autóctonos, entre los que figuran el vino de Rioja Alavesa, el txakoli, la miel, la trufa, el aceite de oliva, las hortalizas, o la vaca terreña.
Quienes se acerquen, también se encontrarán con lo más novedoso en maquinaria agrícola y también con un centenar de cabezas de ganado de todo tipo. Asimismo, una selección de 15 artefactos y motores antiguos, entre los que destaca un Vellino de principios del siglo XX, harán las delicias de los más nostálgicos del género. Sin duda será un buen escaparate para un sector que saca músculo para superar los problemas que atraviesa.
Tampoco faltará la degustación gastronómica, de la que se hará cargo Boilur, que cocinará una menestra de verduras vitorianas. Asimismo, las asociaciones del sector dispondrán de sus propias carpas informativas.