madrid. El límite de velocidad en autovía y autopista se reducirá "de manera transitoria" de 120 kilómetros por hora a 110 kilómetros por hora a partir del próximo 7 de marzo, dentro de un plan de medidas con el objetivo de reducir el gasto energético, según informó ayer el vicepresidente primero del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, tras el Consejo de Ministros. Rubalcaba subrayó que la medida es "transitoria" y está relacionada con la subida de los precios del petróleo a consecuencia de las revueltas en los países del norte de África, aunque reconoció que el Ejecutivo no sabe cuánto tiempo durará "porque no se sabe cuánto va a durar esta situación de emergencia". Sin embargo, el equipo de Zapatero sí invertirá fondos públicos en cambiar todas la señalización de "todas las autovías y autopistas de España". Y es que en todas ellas, "con independencia de que la titularidad sea del Estado y de las Comunidades Autónomas", estará en vigor la nueva limitación.
Aunque el Gobierno no dio una cifra concreta, estima que con esta iniciativa se conseguirá un ahorro del 15% en el gasto que los ciudadanos hacen en gasolina y un 11% para los que usan gasóleo. A esto habría que descontar el precio de las nuevas señalizaciones que, según Rubalcaba, "no será alto".
La pregunta es qué implicará no respetar esta nueva limitación. Rubalcaba aclaró que no afectará al carné por puntos, aunque superar los 110 kilómetros por hora será sancionado económicamente. "Entendemos que el cambio no tiene que ver con la seguridad vial propiamente dicha sino con el consumo energético", dijo el ministro.
Sin problemas de abastecimiento El vicepresidente primero, para evitar alarmismos, indicó que el Gobierno no ha previsto modificaciones en las reservas estratégicas de productos petrolíferos ni en los Presupuestos Generales del Estado (PGE) ni en las cifras de crecimiento. "No vemos problema de suministro de petróleo y gas por la crisis en Libia y en el norte de África", afirmó Rubalcaba, después de explicar que el Gobierno ha estudiado un informe del Ministerio de Industria en el que se recogen distintas medidas contra el encarecimiento de la energía y en el que se analiza la repercusión de la situación en España. "Sí es verdad que la crisis está repercutiendo en el precio de los combustibles y de la gasolina, y afecta a todo el mundo, a consumidores y a todo el país", señaló para justificar esta nueva normativa "transitoria".
Además, calificó de "importantísimo el incremento de la factura energética en un país tan dependiente del petróleo como España". Estas subidas "afectan al consumidor cuando llena el depósito de gasolina", añadió.