Siempre se ha sabido que los concursantes que acuden a Supervivientes para que el programa se desarrolle de la mejor manera posible. Por ejemplo, deben pagar una importante penalización económica si deciden abandonar voluntariamente, con el fin de disuadirles de marcharse en cuanto lleguen las primeras dificultades.
La nueva edición del veterano concurso de Telecinco comienza este jueves y OK Diario ha desvelado algunas de las cláusulas que tienen los participantes, algunas iguales para todos y otras individuales. Y es que igual que no todos tienen el mismo caché, algunos se pueden permitir el lujo de vetar a personas o incluso temas que se puedan tratar desde plató.
Entre las normas comunes está el juego limpio y cumplir las normas de cada prueba. Si no lo hacen se exponen a una nominación disciplinaria o a quedarse sin la recompensa que se ofrece en cada juego. Una regla básica en un concurso de supervivencia.
Otra de las obligaciones es respetar a los demás concursantes: evidentemente, puede haber discusiones (de hecho, a veces se favorecen desde el programa para lograr audiencia) y las condiciones extremas las propician, pero no pueden faltarse al respeto y mucho menos llegar a una agresión física, que les condenaría a una expulsión disciplinaria.
Negociaciones individuales
Y luego están las cláusulas personales, las que firman individualmente algunos concursantes, normalmente los de mayor caché, los que pueden exigir cosas a la organización por su teórico peso en el programa. Al igual que en ediciones pasadas Isabel Pantoja vetó que se hablara en el programa sobre su paso por la cárcel (y negoció no tener que pagar la penalización si quería abandonar voluntariamente) ahora es Nacho Palau, expareja de Miguel Bosé, quien ha logrado el compromiso del programa de no hablar "en exceso" de la familia Bosé ni de sus hijos. La expectación que ha creado su presencia en el concurso, ya que ha estado siempre alejado de los focos, se lo ha permitido.
El otro participante que se ha negociado un veto ha sido Kiko Matamoros. Cuando su exmujer Makoke sonó como aspirante a viajar a Honduras, el colaborador se puso firme y exigió que ella no fuera para ir él, aceptando incluso rebajarse su caché, algo que el programa aceptó.
Por último, también hay unas normas muy estrictas para el equipo de trabajadores del programa, que pasan muchas horas en la isla cerca de los concursantes siguiéndoles con las cámaras, equipos de sonido, iluminación, preparación de pruebas, etcétera, pero a los que no pueden dar conversación ni interactuar con ellos. Tampoco pueden ofrecerles comida; de hecho ellos comen en hoteles fuera de la isla. Sólo pueden atenderles para colocarles elementos de seguridad de cara a una prueba o si sufren algún daño.