Un vigilante de seguridad del Centro Presidencial Boris Yeltsin de Ekaterimburgo (Rusia) no empezó con buen pie su primer día de trabajo. Los hechos se remontan al pasado 7 de diciembre cuando el hombre, de 60 años, en un imprudente alarde de creatividad, decidió redecorar una obra de arte valorada en casi un millón de euros.
Se trata del cuadro abstracto Tres Figuras de la artista rusa Anna Leporskaya, pintado entre los años 1932 y 1934 y en el que aparecen tres figuras con rostros sin ninguna facción.
Ni corto ni perezoso, el vigilante, que trabajaba para una empresa externa y que rápidamente fue despedido, cogió un bolígrafo de promoción del museo y pintó ojos a dos de las tres figuras de la obra. Dos visitantes de la exposición de arte moderno fueron quienes se dieron cuenta de lo ocurrido.
La obra había sido cedida a la exposición por la Galería Estatal Tretyakov de Moscú y allí regresó al día siguiente donde fue inspeccionada para su reparación.
Por suerte, el hombre, que confesó haberlo hecho porque estaba "aburrido", no apretó demasiado y el cuadro se ha podido arreglar. El coste de la restauración, unos 3.000 euros, correrá a cargo de la empresa para la que trabaja el vigilante. El caso se ha considerado "vandalismo" y el artista se enfrenta ahora a una posible multa de casi 500 euros, a trabajos durante un año en un correccional o a un arresto de tres meses.
Tras lo ocurrido, el Centro Presidencial Boris Yeltsin ha decidido reforzar la seguridad y ha instalado pantallas protectoras en todas las obras de la exposición para que nadie vuelve a tener la tentación de hacer algo parecido.