Una dentadura sana es fundamental para gozar de una buena salud y también para lucir unos dientes blancos y bonitos. Además, para muchas personas se ha convertido en una cuestión de estética, porque todo el mundo sueña con lucir una dentadura perfecto, blanco e impoluto.
Para mantener nuestros dientes limpios, blancos y bonitos, además de lavarnos los dientes tres veces al día con un buen cepillo y utilizar un enjuague bucal después, es recomendable que acudas a un dentista profesional para realizar limpiezas bucales periódicas.
Acudir a un profesional de la odontología es fundamental si decides hacerte un tratamiento de blanqueamiento en una clínica. Y siempre teniendo en cuenta que el esmalte natural de nuestros dientes es frágil y forzar su tonalidad puede ser negativo.
El recurso a las fundas o carillas dentales que lucen algunas personas es también una solución, pero que resulta muy cara, más incluso que los tratamientos en las consultas de los profesionales.
Siempre puedes recurrir, con mesura y responsabilidad, a un blanqueamiento dental casero y natural que te ayudará a lucir una sonrisa perfecta y natural.
Estos son algunos de los trucos que puedes poner en práctica.
Cáscara de plátano y de naranja
Este blanqueamiento dental casero consiste en cepillarte los dientes como lo haces cada día y después coger la cáscara de un plátano maduro, que está plagado de potasio y magnesio, y emplear su parte interior para frotarla contra los dientes de forma suave. Los dientes absorberán los minerales y darán lugar a ese efecto blanqueador tan deseado. Bastará con hacerlo dos veces cada día. La parte blanca de la piel de la naranja también tiene efectos blanqueantes.
Aceite de coco
El aceite de coco se puede usar en forma de pasta de dientes, enjuague bucal o tiras blanqueadoras con aceite de coco. Contiene además propiedades antiinflamatorias y antibacterianas.
Pasta de bicarbonato
Pasta de bicarbonatoEl bicarbonato es un buen blanqueador para los dientes. Se trata de un método muy sencillo que lleva utilizándose desde hace mucho tiempo. Lo único que tienes que hacer es mezclarlo con un poco de agua hasta elaborar una pasta algo similar a la pasta de dientes.
Lo siguiente será aplicarla en un cepillo y lavarnos los dientes como haríamos normalmente. Aclara después con agua abundante y poco a poco irás viendo los resultados.
Enjuagues bucales con agua oxigenada
Después del cepillado, enjuágate los dientes con agua oxigenada, y luego aclárate la boca con abundante agua. También puedes hacerlo con bicarbonato, pero no abuses de estos dos productos y no lo hagas más de una vez por semana.
Vinagre de manzana
Realiza gárgaras con un poco de vinagre de manzana diluido con agua aportará mayor efectividad a cualquier pasta de dientes. La mejor forma de diluirlo es añadiendo el triple de cantidad de agua que de vinagre, y también puedes mezclarlo con tu pasta de dientes habitual y cepillarte como de costumbre.
Sobre todo debes recordar que una higiene bucal es indispensable y que el consumo determinados alimentos (café, té, vino) es incompatible con tener una dentadura radiante.
Además estos trucos ayudan pero no hacen milagros y los cambios no serán visibles de inmediato. Y por supuesto no abuses de estos remedios ya que podría producirse el efecto contrario al que buscas y dañar el esmalte.