Existe un animal que produce cacas de forma cúbica y tiene su explicación. Se trata del wombat, un marsupial herbívoro australiano de pequeño tamaño (unos 25 kilos de peso) que cae muy simpático al ser humano por su aspecto gordito con patas cortas (podría ser perfectamente un peluche) y que vive en madrigueras.
Y precisamente el hecho de habitar bajo tierra tiene que ver con que sus deposiciones sean cúbicas. ¿Por qué? Para empezar porque son animales con una vista un tanto pobre y que se comunican principalmente por el olor, y lo hacen en buena parte con sus heces, con las que marcan territorio. Y no las depositan en cualquier sitio, sino que buscan lugares elevados (en troncos, rocas, junto a madrigueras…) en los que acumulan la mayor cantidad que puedan para así destacar sobre el resto de wombats y contar con más posibilidades de comunicarse con otros miembros de la especie.
Y la forma cúbica tiene mucha importancia en todo esto. Al depositarse en lugares altos, si fueran redondeadas sería más fácil que cayeran rodando. Sus formas angulosas dificultan que el viento se las pueda llevar.
La explicación de por qué son cúbicas queda clara. Lo que ha costado más descubrir es cómo hacen los wombats para producirlas así, porque su ano no es cuadrado, sino circular como el del resto de animales.
Tras varios años de investigación, la bióloga Patricia Yang, del Instituto de Tecnología de Georgia (Estados Unidos) resolvió el “misterio” tras afirmar que “nunca he visto nada tan extraño en biología”. Utilizando el cuerpo de dos ejemplares de wombat que habían sido sacrificados tras ser atropellados, estudiaron su tracto intestinal. Lo primero que descubrieron es que estos marsupiales tienen un metabolismo excepcionalmente lento que puede tardar 14 días en completar una digestión.
La investigación concluyó que, aunque las heces comenzaban siendo alargadas y sin forma definida como en otros animales, al avanzar hacia la parte final del intestino cambiaban de un estado casi líquido a sólido, formando cubos de unos 2 centímetros de longitud y separados entre sí. Esa transformación obedece a que las paredes intestinales tienen propiedades elásticas variables. “El intestino se estira preferentemente en las paredes para facilitar la formación del cubo", explicó Yang.