donostia - Leticia Dolera está muy satisfecha tras presentar su serie Vida perfecta en el marco de Zinemaldia. Se estrenará el 18 de octubre en Movistar+. Es una historia escrita, dirigida y también protagonizada por ella. Promete que después de verla los espectadores vamos a tener que hacernos muchas preguntas, sobre todo si nuestras vidas son preconcebidas y alejadas de la improvisación. Lleva 19 años metiéndose en la piel de unos personajes a veces cercanos y otros lejanos, pero, según ella, siempre interesantes. En su nuevo proyecto muestra formas diferentes de amor, de vivir, de parejas o de familias.
¿Cómo es una ‘Vida perfecta’ para usted?
-¿La verdad? No tengo ni idea. De hecho, la serie tampoco va a responder a la pregunta de qué es una vida perfecta. Quien espere encontrar la respuesta viendo la serie, no la va a encontrar.
¿Qué es lo que vamos a encontrar en su serie?
-Preguntas, no respuestas. Ponemos en común esas preguntas que en algún momento de nuestras vidas nos hemos hecho.
¿Algún tipo de preguntas en concreto?
-Son preguntas que nos hemos hecho en la intimidad, preguntas que no nos atrevemos a formular en voz alta: ¿Llevas la vida que quieres?; ¿Es la vida que habías imaginado? ¿Qué lugar ocupa en tu vida la familia, el amor, la pareja, el sexo, la amistad?? ¿Qué pasaría si quisieras cambiar tu vida? Supongo que te habrás planteado alguna de estas preguntas. Seguro que en ocasiones has pensado en cambiar tu vida y surgen nuevas preguntas: ¿Te da miedo? ¿Te arriesgas? ¿Qué hacemos con los nuevos modelos de pareja?
Pensar en responder a todas esas cuestiones puede resultar extenuante.
-Son preguntas universales y forman parte de la vida. La serie, en ese sentido, las pone sobre la mesa. Pretende aportar luz, pero no sugiriendo las respuestas, estas van a ser muy personales.
María, su personaje, tiene algo que ver con Leticia Dolera.
-La historia completa no, claro que no, pero supongo que hay partes de ella que sí comparto. He escrito esta historia y, por lo tanto, algo de mí hay en todos los personajes que salen. Pero creo que hay algo en las mujeres y hombres de la serie que atañen a todos.
¿Y cómo es ella?
-Es una mujer que siempre lucha por tenerlo todo planificado, que le gusta mucho dejarse llevar, es muy autoexigente?
¿Controladora?
-Sí, más bien le gusta tenerlo todo bajo control, pero de repente se le rompen todos los esquemas en un momento concreto. Cuando está a punto de firmar la hipoteca con su novio de toda la vida, cuando la vida parece perfecta tal y como la concibe ella, va él y la deja.
Vaya palo, ¿no?
-Su plan de vida perfecta se derrumba por completo y también pierde ese control que regía todos sus días. Tendrá que asumir esa improvisación, tendrá que aprender a adaptarse. De hecho, acabará teniendo un hijo con la persona más inesperada. Las nuevas situaciones enfrentarán a María a sus miedos y a comprender que a lo mejor, ese modelo de familia que ella había proyectado puede perfectamente cambiarse y ser otro. Descubre que hay más modelos de vida y de pareja y de amor.
¿Usted se deja llevar?
-Yo soy una María trabajadita. Me estoy trabajando ciertas cosas. Antes me costaba mucho más adaptarme a los cambios, pero me cuesta dejarme llevar. Es cierto que me gusta tenerlo todo bajo control. Desde hace unos años, estoy trabajando en soltar ciertos lastres.
Estamos acostumbrados desde la infancia a asumir ciertos roles y a pensar que las improvisaciones, sobre todo en el amor, son locuras que no deben ir más allá de lo transitorio y pasajero.
-Totalmente de acuerdo. Cuando eres super pequeña te preguntan qué quieres ser de mayor. Es una barbaridad.
Y las 17 o 18 años tienes que elegir qué vas a ser en el futuro y, además, se espera que sean decisiones de por vida.
-Sí. Puede ser terrible e inquietante. Me llama la atención la identificación de lo que eres con lo que haces: ¿Qué quieres ser de mayor? Eso implica muchas veces que tu profesión puede ser lo que te defina como persona.
La serie se anunció al principio con un título que contiene la esencia de las historias que se cuentan: ‘Déjate llevar’. ¿Por qué se pasó al de ‘Vida perfecta’?
-Todo nace a raíz de ser seleccionada para el festival de Cannes y había que buscar un título para traducirlo al inglés. A mí Déjate llevar traducido no me gustaba (Let yourself go). Apareció Perfect life y me enamoré de ese título. Además, vi que era mejor título que Déjate llevar. Ese fue un título que le puse cuando empecé a escribirla, la serie, igual que yo, fue madurando con la escritura.
‘Déjate llevar’ suena más a ‘carpe diem’, ¿no?
-Eso mismo pensé yo. En realidad, la serie es mucho más compleja y profunda que aprovechar un momento.
¿Cómo de profunda?
-Va a la raíz de lo que es la vida. Tampoco me quiero pasar de profunda.
¿Cuál es el origen de esta historia?
-Soy yo. Son las preguntas que yo me hago. Veo que mujeres y hombres de mi entorno también se las hacen. Son preguntas relacionadas con muchas expectativas que se plantean alrededor del éxito, la familia, el amor? Lo que hemos hablado antes.
Las protagonistas son tres mujeres, ¿no entraba ningún hombre en esta ecuación?
-Cierto, las protagonistas son tres mujeres y también hay personajes masculinos. Está el marido de Cris, el que es el padre mis hijos en la serie, es Gari, una persona con discapacidad intelectual?
Un personaje el de Gari que va a sorprender, supongo.
-Puede ser. Me sale de manera natural poner el foco y aportar luz al terreno de la discapacidad, parece que en el relato cultural no existen los discapacitados intelectuales, ocupan un lugar muy, muy, secundario. Me apetecía mucho contar que estas personas también son padres, son madres y tienen vida sexual. Lo de la vida sexual en este caso sigue siendo un tema muy tabú.
Y también sigue siendo tabú que se escriba de sexo desde el punto de vista femenino y no del masculino.
-Puede ser. Me da igual. El acercamiento que yo he hecho ha estado guiado por mi punto de vista. Y desde mi punto de vista, las mujeres somos seres activos que deseamos, no somos objetos de deseo; somos sujetos deseantes. De hecho, los tres personajes femeninos tienen una vida sexual activa diferente. Todo esto es algo que se cuenta y se muestra. Está narrado de manera natural porque yo lo vivo de manera natural.
Una serie que tiene muchas mujeres en todo el equipo.
-Somos tres directoras. Yo estuve al frente de cuatro capítulos, marqué un poco las líneas generales de la serie en cuanto a realización, estética y el tono de los actores.
¿Por qué cedió el testigo de la dirección? ¿Era difícil dirigir y protagonizar?
-Se podían hacer las dos cosas, pero quería que la serie fuera una plataforma para directoras que no hubieran tenido aún la oportunidad de saltar a un proyecto grande. En el ámbito profesional a las mujeres se nos pide experiencia y a los hombres, potencial, no digo que siempre sea así, pero ocurre con demasiada frecuencia. Si bien, una de ellas, Elena Martín, ya había dirigido una película de corte independiente, pequeña y muy bonita. También está en este proyecto Ginesta Guindal, había hecho publicidad, pero no había saltado a la ficción, algo que quería hacer. Darles una oportunidad me pareció acorde con la posición que yo quiero adoptar en la vida.
Es usted una actriz muy experimentada?
-Tengo 37 años y empecé a los 18. Son 19 años los que llevo en este mundo de la interpretación y la dirección, más de media vida en estos momentos.
¿Un camino de rosas con espinas?
-Creo que eso ocurre en todas las profesiones. Esta profesión es muy inestable, cada rosa que te da puede llegar con muchas espinas. He tenido épocas duras de encontrarme en el paro y de no saber por dónde iba a tirar. En una ocasión, estuve casi dos años.
¿Sigue enfadada con Instagram por la censura a sus fotos?
-No estoy enfadada. Sí que me parece una política extraña que los pezones masculinos no estén censurados en Instagram y los femeninos sí. No entiendo la diferencia, pero ya está. Es una política curiosa.
Le interesa mucho el campo de la sexualidad.
-La sexualidad debe abordarse desde el instituto, es algo que te va a atravesar en la vida tarde o temprano, que siga siendo un tabú no tiene sentido. Ahí estamos, cada uno desde su parcela, intentando hacer lo posible por acabar con unos estereotipos que tanto daño hacen.
Supongo que no le apetece hablar de Ana Clotet y su salida de la serie provocada por estar embarazada.
-Lo expliqué en su día. En Vida perfecta había mujeres embarazadas, fueron contratadas sabiendo que lo estaban. En el caso de esta protagonista no podía ser por una cuestión de rodaje y perfil del personaje.
¿No le parece que tardó en dar su versión?
-Estaba dirigiendo, interpretando y tenía mucha tensión. En mi serie ha habido dos actrices y tres técnicas embarazadas, dos de estas las contratamos sabiendo que se pondrían de parto en mitad del rodaje.
¿Le afectó la polémica a nivel personal?
-Con lo que me quedo de todo lo que pasó entonces es con algo muy bonito, fue la reacción de todo el equipo. El equipo me sostuvo, me cuidó. Fue impresionante que todos nos cogiéramos de la mano en una explosión de odio tan inesperada.