Bilbao - Fernando Guillén Cuervo y Natalia Sánchez protagonizan desde hoy y hasta el lunes la obra de teatro Oleanna, un texto que en 1991 escribió el dramaturgo David Mamet y que está dirigida por Luis Luque. Pero el conocido actor no sólo está en teatro, también tiene entre manos una serie de televisión, Servir y proteger en La 1 de Televisión Española. Este año también es mágico para él porque se cumplen 40 años de sus inicios en la profesión, concretamente en otra ficción del ente público, La saga de los Rius. Le gusta plantearse metas y tiene dos proyectos propios que podrían convertirse en series para televisión como ocurrió con El Caso: crónica de sucesos. Está claro que lo suyo no es estar mano sobre mano porque también dirige y hace guiones.
Está usted metido en varias historias de interpretación.
-Estoy en La 1 de Televisión Española con una serie diaria, Servir y proteger, y en el teatro con la obra Oleanna, que va a tener mucho recorrido en los próximos meses.
Tiene que resultar agotadora una serie diaria.
-Es cansada, son guiones todos los días, es mucho material el que tienes que aprender. Hace falta mucha concentración pero, aunque acabas agotado, lo cierto es que estoy muy contento; es una serie diaria con unos niveles de calidad muy buenos. Todo el equipo está encantado de cómo van las cosas por la tele.
Si a una serie diaria se le añade una gira de teatro tan intensa...
-El teatro es muy gozoso de hacer pero igualmente cansado. De todas formas, yo disfruto y no nos vamos a quejar de trabajar, sería un pecado si lo hiciéramos tal y como están las cosas en el mundo laboral de cualquier profesión.
¿Cómo es su personaje en esta serie?
-Se llama Elías Guevara, yo le llamo un little Torino de barrio. Es un tipo mayor, un poco de la vieja escuela, un poco amargado pero con una gran nobleza, es un personaje entrañable. Ese Torino de Clint Eastwood es mi referencia.
Un personaje muy diferente al de la obra de teatro, ¿no?
-El personaje de John en Oleanna es totalmente diferente, es un personaje muy duro y sutil, sobre todo sutil.
‘Oleanna’ fue una obra muy polémica en su día.
-Estamos recuperando la buena intención de Mamet y de su obra, que creo que en su día fue muy mal entendida. Es un intelectual un poco contradictorio entre su persona, su discurso y su burguesía. Está instalado en su burguesía y tiene dentro un machismo subyacente, un machismo normalizado que describe Mamet muy sutilmente y que quizá no se entendió.
¿Existe hoy en día ese machismo?
-Lo vivimos hoy en día en la publicidad, en las canciones, en los piropos..., es algo que hemos normalizado y que no deja de pasar algunas líneas rojas, o muchas.
Si miramos su currículo es impresionantemente extenso e intenso en teatro, cine y televisión. Sé que no gusta mucho esta pregunta pero ¿se queda con alguno de los tres medios de forma especial?
-Me encantan los tres medios porque cada uno tiene su lenguaje actoral. Sé que el teatro tiene una magia especial, pero también tiene esa magia cualquier buen proyecto que se haga para cine o televisión. Es mejor elegir el proyecto que el medio, me quedo con los tres.
Está obra que ustedes representan en Bilbao va a recorrer muchos teatros.
-Después de Bilbao iremos a Valladolid, después estaremos seis semanas en el Bellas Artes de Madrid, dos en Valencia y otros muchos puntos teatrales. Llegaremos con esta obra hasta casi el próximo verano. No nos podemos quejar.
Lleva ya 40 años en este oficio.
-Pasa rápido el tiempo. La saga de los Rius, madre mía, decir 40 años es mucho decir en esta profesión y en cualquiera. Uno va para mayor, pero muy a gusto y habiendo disfrutado mucho de todo.
Además de intensa, su vida como actor está asociada a muchos títulos en los tres medios, no ha parado ni un año desde 1977.
-He sido un trabajador incansable. La vida de actor me ha dado muchos privilegios, ser actor es uno de ellos, pero poder escribir y guionizar también ha sido, lo sigue siendo, un lujo.
¿No podía ser otra cosa que actor siendo hijo de Fernando Guillén y Gemma Cuervo ?
-Me fascina ser actor, no lo voy a negar pero mi gran sueño es también la dirección audiovisual, algo que, como hemos comentado, también he podido realizar. Pero estaba claro que siempre me he movido dentro de este mundo: el cine, el teatro o la televisión. He hecho publicidad, cortos, en fin...
Dicen que la profesión esta difícil, usted no para.
-Me gusta, he tenido tesón y la parte de suerte que hace falta en cualquier cosa que hagas en la vida. Lo que está claro es que la suerte sola no sirve, detrás de lo que he hecho hay más trabajo que suerte.
¿Qué es lo que más le atrae de esta profesión?
-Creo que todo. Me fascina dejar ser yo mismo durante un rato y meterme en la piel de otro personaje. Me fascina la investigación del ser humano, ése es realmente mi trabajo, para luego poder mostrarlo a los demás. Ya lo decía Hitchcock: “No hay juguete más grande que hacer una película”. Yo digo lo mismo.
¿Le va algún tipo de personaje más que otro?
-No lo sé, realmente tampoco me importa mucho un tipo u otro, me transformo bastante en todos, no tengo, por tanto, un arquetipo de personaje que me atraiga. Me enfrento a todos por igual.
Uno de sus proyectos supo a poco a los espectadores, fue ‘El Caso: crónica de sucesos’.
-Fue un empeño personal mío, una creación mía. Durante muchos años estuve detrás de hacerlo. Se hizo, se hizo muy bien, con muchos premios, muchos reconocimientos y hubo una decisión de no renovación; espero que a alguien se le ocurra decir que vuelva.
Otra serie en la que era protagonista, ‘Los misterios de Laura’, también dejó a los espectadores esperando más.
-Una serie estupenda. Cierto, dejó a medias a los espectadores. En fin, no hay que darle muchas vueltas, son decisiones que hay que respetar.
En su larga lista de trabajos tiene de todo: comedia, drama thriller, época... ¿Se queda con algún género?
-Me gusta hacer todo, tanto comedia como drama. Me lo paso muy bien con todo, con la comedia y con el drama y con lo que me pongan delante si el proyecto merece la pena.
¿En esta vorágine que tiene de actividades artísticas, le da tiempo a disfrutar de sus aficiones, a vivir?
-Últimamente no mucho, pero hay rachas de trabajo que hay que aprovechar también, no están las cosas como para rechazarlas, no me parece moral tampoco.
Lleva toda la vida entre bambalinas y platós de televisión...
-Desde niño, pero cada vez me gusta más, me siento cómodo, es mi vida, la han vivido también mis padres. Mi madre aún sigue trabajando, menos pero hace sus cosas, los actores nunca nos retiramos.
¿Es posible hacerlo?
-Difícil. Nos gusta demasiado este oficio como para dejarlo.