gasteiz - Dice que es personaje más duro de toda su carrera como actor. Un guardia civil que elige como destino Euskadi en una época de intensa actividad por parte de ETA. Esta elección tenía sus contrapartidas, cobraban el doble del salario y si aguantaban dos años, el destino posterior sería a su elección. En el camino, más sombras que luces. Esta miniserie se emite hoy y mañana.

Intxaurrondo en los años 80. Hablemos del sargento Delgado de la guardia civil.

-Me imagino que habría unos cuantos sargentos Delgado en aquella época. Es un guardia atontado, con la familia destrozada, cuyo único fin en la vida es acabar con ETA como sea, sacrificando a cambio toda la parte afectiva de su vida.

¿Un personaje oscuro?

- Un personaje deprimente, el guardia civil con síndrome del norte.

¿Un papel duro?

-Muy duro, el más duro que he hecho jamás.

¿Incómodo?

-Puede que también. Los 80 son conocidos como los años de plomo, una época dura. ¿Incómodo el personaje? Depende desde qué punto de vista lo veas, cuando conseguí este papel dije: este es el perfil de personaje con el que todos los actores soñamos hacer algún día.

¿Tiene usted ese perfil?

-No lo sé. Costó lo mío que me lo dieran, pero al final cuando me lo dieron pensé: tengo que aprovecharlo porque vete a saber cuándo voy a pillar un personaje como éste.

¿Por qué prefiere un personaje duro y siniestro a un personaje dulce y más empático con el espectador?

-Siempre los malos son más divertidos de hacer. Cuando yo empecé en esta profesión, comenzaron dándome personajes dulces, de galán; pero con el paso del tiempo me han empezado a dar personajes oscuros, duros, malos?

¿Ha perdido la galanura?

-Ja, ja, ja? Quizá. Pero es cierto que a los actores nos gustan los malos. El sargento Delgado no es un personaje malo, es otra cosa.

Usted tiene relación personal con Euskadi?

-Yo nací en Pamplona, siempre he tenido la mitad de la familia en Pamplona, familia en Logroño, en Bilbao y amigos en Rentería, en Oiartzun. Tengo que decir que conozco el entorno que puede dar origen a la trama de El padre de Caín.

¿Se ajusta esta miniserie a sus recuerdos?

-Creo que hay un esfuerzo grande por parte del autor de la novela y del guionista por intentar mostrar las cosas tal y cómo eran en aquella época. En lugares donde las sensibilidades están tan a flor de piel, es realmente difícil definir las historias sin caerte por un lado o por el otro.

Siempre está el término medio y no el irse a los extremos.

-Honestamente pienso que en esa época aquello era una guerra sin cuartel. Es cierto que los guardias civiles caían como moscas y también es cierto que los que iban a Intxaurrondo en aquella época tenían su recompensa.

¿Recompensa?

-Iban allí porque les pagaba el doble y en dos años, si aguantaban y sobrevivían, les dejaban elegir destino. Es cierto que lo que se encontraban en Intxaurrondo era tremendo.

¿Se habla de lo que pasaba dentro de Intxaurrondo?

-En la serie se hace referencia que en el cuartel de Intxaurrondo había un piso de arriba y pasaban cosas. Aquello eran una guerra y en esa guerra no había tregua.

¿Torturas? ¿Se ven explícitamente en la serie?

-No, no, de ninguna manera. Se hace una velada referencia a que hay un sitio en Intxaurrondo, pasa algo dentro de un sitio. Se hace de forma muy velada pero no se esconde.

Dejemos a ‘El padre de Caín’ y dígame ¿qué tiene entre manos?

-Ahora estoy haciendo una obra de teatro fantástica en el centro Dramático Nacional, se llama La cocina, somos 26 actores. Es una producción descomunal, está Silvia Abascal, Javivi? Hemos vendido todas las entradas en la segunda semana y estamos teniendo un éxito tremendo. No puedo terminar mejor el 2016, espero que 2017 venga tan bien como ha terminado este.

Una obra con 26 actores parece un lujo asiático en estos tiempos.

-Absolutamente. Fue empeño personal de Sergio Peris-Mencheta. Es un proyecto fabuloso. Todos los actores cobramos lo mismo, los más veteranos y los más novatos. Son sueldo muy por debajo de nuestros cachés, esa era la condición para poder hacerlo. El proyecto es tan fantástico, seduce tanto y hemos tenido tan buenas críticas que el bajarse el sueldo lo damos por bien empleado.

¿Van a hacer ustedes gira con ‘La cocina’?

-Es imposible, es un mastodonte muy difícil de mover. Somos 26 actores, 26 sueldos, imagínate hoteles desplazamientos? No están los tiempos, qué más quisiéramos.

¿Cómo está la ficción en la televisión española?

-Está viviendo un momento absolutamente excepcional. Creo que se están haciendo unas series estupendas, con algunas de ellas no tenemos nada que envidiar a otras series que se hacen en los países punteros. Creo que tenemos actores fantásticos, guionistas maravillosos y, sinceramente, no se puede hacer más con el dinero que hay. Estamos sacando petróleo.

¿No ha habido una deriva excesiva a la series de época?

-Se han hecho cosas que han estado muy bien, pero creo que se ha pasado ya ese tiempo. Han llegado cosas como El ministerio del Tiempo que han puesto la ficción patas arriba; Vis a vis, un drama carcelario de excelente factura y creo que se están tirando muchas paredes.

¿De dónde parte esta nueva tendencia en ficción?

-Hace unos años Telecinco emitió una serie fantástica, La fuga, solo duró una temporada, pero ese fue el germen con el que empezaron a derribar barreras y a apostar por cosas nuevas. Seguimos una senda que nos va a dar a todos muchas alegrías.