España, representada en Eurovisión 2013 por El Sueño de Morfeo, cayó el sábado por la noche en Malmö (Suecia) en una profunda pesadilla, de la que se despertó en penúltimo lugar, con el menor número de votos de los últimos 14 años, 8, a mucha distancia de los 281 de Dinamarca, la ganadora.
Desde la participación de Lydia, que obtuvo un único punto en 1999 en Jerusalén, el país no obtenía un resultado tan pobre, que apenas le ha permitido quedar por delante de Irlanda e igualar la posición de Soraya de 2009. Y lo más curioso es que, horas antes de la actuación, las quinielas ya situaban con una rotundidad aplastante al representante español al final de la tabla.
A pesar de ello, el trío asturiano, que se declaró "contento" con su actuación, aseguraba al final del festival que la experiencia "ha valido la pena" y que volvería a participar el año que viene sin dudarlo, "probablemente con la lección mejor aprendida", aunque consideraban que es el momento para que otros tengan esa oportunidad. Valoraban la promoción que supone para el grupo a nivel europeo participar en este festival, aunque visto lo visto, es toda una incógnita.
Además de su puesto, los pronósticos acertaron en la victoria de Emmelie de Forest, aupada a los altares del festival con su tema pop-folk Only teardrops. Por detrás de la joven intérprete completaron las diez primeras posiciones, por este orden, Azerbaiyán, Ucrania, Noruega, Rusia, Grecia, Italia, Malta, Holanda y Hungría. La edición número 58 se caracterizó por el alto número de baladas, por abandonar el uso masivo del inglés y por su marcado carácter escandinavo, con sede en la apacible Malmö (Suecia), donde ya se celebró en 1992. Lo hizo con la espectacularidad de medios adquirida en la última década y estrenando la puntera tecnología del videomapping, que crea de la nada todo tipo de efectos con superproyectores.
Además, casi 40 años después de su victoria, el espíritu de Abba volvió ayer al festival con el himno compuesto por dos de sus integrantes, Björn Ulvaeus y Benny Andersson, junto al DJ sueco Avicii. We write the story sonó épico y emocionante en el arranque, al paso de los 26 países a concurso con sus banderas.
Sobre la felina Amandine Bourgeais, representante de Francia, recayó el regalo envenenado del abrir el turno de actuaciones y, pese a las buenas críticas, cayó al puesto 23. Pronto llegó el turno de ESDM, tras el mediático final con beso lésbico de Finlandia en favor de la legalización de los matrimonios homosexuales.
Raquel del Rosario desafió dos supersticiones, al vestir de amarillo, el color que llevaba Moliere cuando sufrió su ataque sobre las tablas, y descalza, como Remedios Amaya, que no recibió ningún punto en su actuación en Eurovisión 1983. Fuera de concurso, destacó la actuación de la nueva reina del festival, Loreen.
debate Cerrado el capítulo de Eurovisión 2013 con el batacazo de El Sueño de Morfeo, un grupo que fuera de nuestras fronteras parece no obtener el mismo reconocimiento que en nuestro país, salta una vez más el debate sobre qué tipo de artista debería subir RTVE a este carro, con el que España parece no acertar.
El dúo Fangoria coincidían en que no estaría mal que se diera cabida a un artista diferente y recordaban el caso de la banda de pop electrónico La Casa Azul, que a punto estuvo de representar a España en 2008.
¿Debería cambiar RTVE su estrategia y apostar por lo que de verdad escucha la calle, sea a uno u otro lado de la línea comercial? En 2010, a Alemania le funcionó la estrategia con un tema perfectamente radiable, Satellite, de la casi adolescente Lena, una tendencia que apuntaló la sueca Loreen en 2012, revitalizando la vigencia del festival con Euphoria, que fue número 1 en media Europa.
En esa línea, la apuesta de los directivos del ente público fue enviar a una banda de pop-folk bien conocida, El Sueño de Morfeo. Para el compositor mallorquín Andrés Ballinas el problema de la canción española ha sido que, pese a ser "muy agradable y correcta, no suena suficientemente fuerte". En su lugar, apuesta por ser "más atrevido" y promocionar artistas españoles de música electrónica que han tenido éxito en el extranjero ya que, en su opinión, a este género le quedan "un par de años" de buena salud en Eurovisión.
El periodista danés Jens Gronbech señaló que los temas españoles son "pegadizos pero suenan caducados". "España no asume ningún riesgo, da la sensación de que sus canciones podrían haber sonado diez años atrás", comenta.
A todo ello se suman los recelos de los artistas patrios a participar en este foro musical, que sigue viéndose como un riesgo, además de un producto televisivo kitsch.