Seat recupera la etiqueta Toledo para dar nombre a su última creación, un sedán de impecable factura y diseño interior discutible que arranca decidido a hacerse fuerte entre los modelos populares de hechura clásica. Su principal cualidad es, sin duda, el inmejorable aprovechamiento interior de su esbelta figura. Aunque lanza el cebo de 13.990 euros, el Toledo no es en modo alguno un coche de bajo coste. Por ese importe solo se adquiere una versión con poco músculo y pobre atuendo; hacerse con un motor medianamente solvente sin renunciar al aire acondicionado requiere un desembolso bastante superior (en torno a 19.000 euros), a la altura de la competencia.

Los responsables de la marca de origen español están convencidos de que la veterana denominación es un valor añadido que no conviene desaprovechar. Evidentemente se refieren a las exitosas primeras entregas del Toledo en los noventa, no al rotundo descalabro sufrido por la reedición monovolumen de 2004.

En cualquier caso, la remesa recién estrenada poco tiene que ver con las precedentes, salvo el nombre. El modelo actual es uno de los dos desenlaces de un proyecto de Volkswagen para asentarse en el estamento modesto de la clase media. Skoda también cocina la receta del Toledo, dando origen a un gemelo casi idéntico al que llama Rapid. Ambas interpretaciones proceden de la planta del grupo VW en Bratislava (Eslovaquia).

El nuevo Seat se dirige, por tanto, al nivel medio-bajo del mercado. A este segmento comercial concurre una clientela mayoritariamente compuesta por personas con limitaciones presupuestarias y, por eso mismo, interesadas en extraer la máxima rentabilidad a su dinero. Los estudios de mercado revelan que, con independencia de su edad, se decantan de forma abrumadora por diseños clásicos o atemporales que no sufran una devaluación prematura a causa de las fluctuaciones de las modas. Triunfar en esta categoría pasa por disponer de un portaequipajes independiente y voluminoso.

Capaz, manso y austero El Toledo encaja como un guante en ese pliego de condiciones. Posee un apellido vinculado al prestigioso clan alemán y pasea una imagen elegante, de innegable empaque.

Elije un formato sedán de cinco puertas, corte tradicional y talla media: tiene 4,48 metros de longitud, 1,70 de anchura, 1,46 de altura y 2,60 metros entre ejes. La virtud primordial de este coche es obtener un excelente partido del interior. Las cuatro puertas dan acceso a una cabina lo bastante amplia para acomodar cinco ocupantes (hay casi un metro de altura en las plazas posteriores).

Su armoniosa silueta de tres cuerpos dedica el último a la carga, habilitando uno de los mayores maleteros de la categoría, faceta en la que supera a su hermano el Exeo. Esta berlina de talla y entidad superior -materiales, acabados y decoración son mucho más sofisticados- alcanza 18 centímetros más de eslora (4,62 m.) y brinda 460 litros de maletero. Es una capacidad bastante inferior a los 550 litros que procura el Toledo; además, la posibilidad de levantar el portón posterior y abatir los asientos traseros permite embarcar bultos de grandes proporciones, casi como en un envase familiar.

El catálogo de motores del Toledo contemporáneo es limitado. Se decanta por propulsores de cilindrada y rendimiento contenidos para obtener buenos registros de consumo (marca un promedio ideal de 5,1 litros en gasolina y 3,9 en diésel) y de emisiones (desde 104 g/km).

La propuesta menos ambiciosa, destinada exclusivamente a la versión de acceso a la gama, instala en su capó delantero un motor gasolina de 1.2 litros y 75 caballos. Por encima se sitúan variantes 1.2 TSI de 86 y 105, esta con preparación Ecomotive y sistema Start/Stop, así como un 1.4 TSI de 122 CV. La oferta diésel queda integrada por los conocidos motores TDI 1.6 de 90 y 105 CV, que dispone asimismo de una variante Ecomotive. Salvo el motor a gasolina más solvente, provisto de caja automática DSG, los demás se unen a transmisión manual de cinco marchas (de seis en el caso del TSI de 105 CV).

El Toledo es un coche sencillo y fácil de guiar. Su oferta mecánica quizá no fomente reacciones de entusiasmo entre la clientela, pero tampoco reclamaciones por consumo desmedido. Es un automóvil modesto concebido para un uso familiar y para durar muchos años.

A fin de ajustar las cuentas Seat programa tres definiciones de producto algo tacañas; cuatro contando la peor dotada que sale con lo básico (seis airbags, ABS, equipo de sonido, cierre centralizado y elevalunas delanteros). El acabado Emotion se acerca a la competencia añadiendo control de estabilidad; la terminación media Referencia suma aire acondicionado, ordenador y cierre con mando a distancia. En la ejecución superior Style ya entran detalles como control de velocidad, climatizador, proyectores antiniebla direccionales, mandos en el volante, retrovisores eléctricos con función de plegado, cuatro elevalunas, llantas de aleación, etc. La tarifa del Toledo va de 13.990 a 22.150 euros; un diésel de 105 CV con acabado medio cuesta 19.400 euros.