PAMPLONA. Tras el partido y la ceremonia de entrega del trofeo, Casillas atendió a a su novia, la reportera de Telecinco, Sara Carbonero. Había expectación en comprobar cómo serían sus reacciones tras este nuevo e histórico éxito de la selección y tras las críticas que la corresponsal de Mediaset ha recibido durante la Eurocopa a raíz de sus intervenciones y de una confusión con el penalti que Andrés Iniesta tiró y anotó ante Portugal y que Carbonero no vio.
Al contrario que en el Mundial de Sudáfrica, esta vez no hubo beso espontáneo de celebración, aunque sí un emotivo abrazo. La periodista portaba una camiseta de la selección con el número 1 a su espalda, personalizada con su nombre. El beso había quedado para después del partido, como demuestran las fotos remitidas por las agencias internacionales.
Casillas defendió públicamente a su pareja de las críticas vertidas en las redes sociales y las ha achacado a la "envidia". "Twitter sirve para criticar cobardemente", afirmó. La periodista también se defendió a través de una columna en un diario deportivo en la que comparaba los comentarios sobre su labor con la caza de brujas que se realizaba en la Edad Media.