vitoria. Raúl Cimas (Albacete, 1976) se convierte en las grabaciones en Jaime Walter, el director del Museo Coconut. Está resentido porque le han echado del Moma de Nueva York y cree que su puesto actual no cumple sus expectativas. Se muestra distante con sus compañeros, es egocéntrico y, según Cimas, "estúpido y perdedor". La altanería tiene su punto de atracción y el actor se siente reconfortado y cómodo: "Mis personajes favoritos son los grandes perdedores y este lo es".
¿Su personaje sigue teniendo el mismo perfil que tenía la temporada pasada?
Sí, por supuesto. Es un gran perdedor. Llega al museo rebotado porque le echan del Moma de Nueva York y piensa que nada cubre sus expectativas. Él siempre considera que está por encima de todo: del museo, del personal, de sus compañeros... Nada más lejos de la realidad.
¿Le puede el ego?
Cómo a muchos, y no sólo de la ficción. Sólo tiene ego, mucho ego, y cierto gusto en el vestir.
¿Le gusta ser perdedor?
Supongo que te refieres en la ficción. Me gustan los personajes con contenido, este lo tiene. Resulta patético, él quiere volver al Moma y el Moma no le quiere a él. Me siento a gusto con mi personaje. Le he cogido cariño a Jaime Walter. Me cae bien, pero él piensa que está degradado y se comporta fatal.
Es el que dirige el museo, no es mal puesto, ¿no?
No, pero él está ofuscado, piensa que salió del museo de Nueva York de forma injusta, aunque lo tuvo merecido por estúpido. Cree que volverá al Moma en un momento dado y vive con esa estúpida fantasía.
¿Dan juego los personajes de perdedor?
La comedia se nutre mucho de ellos, son mis favoritos. Gente perdedora que además se lo merece. Te desternillas con Jaime Walker. Es un tipo ridículo. En cuanto me visto como él, pierdo el sentido y me vuelvo egocéntrico, malhumorado, pesado y todo lo que quieras añadir.
Me imagino que en la vida real tiene poco que ver con Jaime Walker.
En la vida real soy todo lo contrario. Me considero una persona muy afortunada. Mi trabajo es un tesoro; trabajo con los amigos, grabo con ellos y la serie me encanta. Pero hay más, que los amigos coincidan contigo en el gusto por la televisión, apuesten como tú por la comedia, tenga sentido del humor, sean buena gente... ¿Qué más puedo pedir?
Son amigos y trabajan juntos, ¿qué les queda por hablar cuando van a tomar una cerveza?
Cuando estamos grabando no tenemos que buscar otro grupo de amigos, tomamos las cervezas en silencio, igual que pasa en tantos y tantos matrimonios. Pasamos juntos muchas horas, nos ponemos al día de todo, incluso repetimos varias veces los temas de conversación. Nos contamos las cosas tres y cuatro veces y nos sabemos de memoria la vida de cada uno. Una delicia. Cuando dejamos de grabar y pasamos un tiempo sin vernos, nos tenemos que juntar para ponernos al día de nuestras cosas.
"En los negocios ni con la familia ni con los amigos" reza un dicho popular.
Podría ser verdad si esto fuera un negocio, pero no lo es. Es nuestra forma de vida, comemos de esto que tanto nos gusta, pero es una pasión, no es un negocio. No es como si hubiéramos montado una ferretería.
¿Echan algo de menos 'Muchachada nui'?
A ratos y cuando volvamos a hacer un programa similar echaremos de menos Museo Coconut. Al final hay que decidir y poner el culo en un asiento, aunque el nuestro es bastante inquieto.
¿Conoce el Moma?
La verdad es que no he estado. Me gustaría, pero no lo conozco. En cuanto me dé un paseo por Nueva York, me acerco y le echo un vistazo. A lo mejor me cogen de director. Uff, qué rabia le iba a dar Jaime Walter.
Dejando el Moma de lado. ¿Le gusta algún museo?
Siendo tú de Bilbao, no puedo por menos que decir que el Guggenheim. Es una maravilla, me encanta. Es un museo estupendo y que veo cuando voy por vuestra tierra. Me gustan los museos, pero el horario no me lo permite. Trabajamos en un polígono y venimos por la mañana, salimos tarde...
No se queje.
No me quejo, pero, aunque esto nos guste y estemos en la gloria en esta serie, trabajamos mucho. Lo que ocurre es que cuando tenemos tiempo libre elegimos otras cosas, va por épocas. Pero sí disfruto con una buena exposición. Ir a un museo me calma, me parece un planazo para pasar una buena mañana.
¿Tiene la sensación de que un canal de TDT es secundario a uno generalista?
Trabajamos donde a la gente le interesa que trabajemos y allí donde gusta nuestra apuesta. No es una cuestión de un canal u otro. Estamos en Neox y coincidimos totalmente con las ideas de la cadena en la que estamos. Es el lugar ideal para Museo Coconut.
¿Resulta más cómodo? ¿Hay menos presiones?
Hay unas expectativas más bajas de audiencias. Pero eso da una libertad creativa que para nosotros es innegociable.
¿Siempre les apetece trabajar en clave de humor, no tienen un espacio para el drama?
Nuestras relaciones personales se basan mucho en la risa. Somos personajes que nos estamos haciendo bromas todo el rato. Nos reímos. Me gusta la buena gente pero divertida. Si no lo son, prefiero gente con un poco más de maldad y que me haga reír. La risa es lo mejor que hay el mundo. Una buena cerveza, unos amigos y muchas risas es lo mejor que te puede ocurrir. Ya me dirás tú dónde encuentras mejor plan. Para mí la risa es fundamental.
¿Le hace reír la maldad?
No des vueltas a mis palabras. En el caso de poder elegir, en el caso de una persona que sea buena pero no graciosa, prefiero reírme con una persona que tenga cierta maldad. Cierta maldad y no estoy hablando de Hitler, no es eso.
¿Una cuestión filosófica?
No, no es una cuestión filosófica, es una cuestión personal mía. Es mi opinión, sin más.
Muchos espectadores añoran 'Muchachada nui'.
Te puedo decir que va a volver a final de año. Si no se llama Muchachada nui se llamará Coconui. Pero tenemos previsto hacer otras seis horas más de risas para aquellos que nos echan de menos y para los que no nos vieron en el otro programa. Ese es nuestro proyecto a corto plazo.