Vitoria. Se ha convertido en uno de los rostros más populares de la televisión. Paco León nos habla de El Lusima, su personaje en Aída.
¿A que saben los premios?
A gloria. Pero no es lo más importante de la vida un actor. Son reconocimientos que pueden surgir, si no te los dan y sigues haciendo lo que te gusta no hay problema. Yo soy muy feliz dando al público personajes como El Luisma.
¿No se aburre del "Luisma"?
El Luisma fue un regalo para mí, lo hubiera sido para cualquier actor. ¿Aburrirme? Sería muy ingrato. Lo que me ha dado este personaje es tan grande que no me lo puedo creer aún, y eso que llevo años interpretándolo.
Por eso decía lo del aburrimiento, por los años que lleva usted con ese personaje.
Aída es una serie maravillosa, hay personajes estupendos. Cada uno de nosotros ponemos lo mejor que llevamos dentro para dar vida a los habitantes de Esperanza Sur. Paz, Mauricio, Soraya, Chema… Todos son imprescindibles en el barrio.
¿Qué es Esperanza Sur?
Es la suma de muchas vidas y de muchos barrios, existe en la existencia de muchas personas. Es un barrio que trata de salir adelante y que eso se ve en los personajes. Es un barrio que puede localizarse en cualquier gran ciudad. Hay deseos de crecer, hay penas, hay alegrías, hay solidaridad, trampas… Mira a tu alrededor y verás que Esperanza Sur existe, que no está lejos de cualquiera de nosotros.
¿Le gustan los barrios?
En los barrios hay de todo. Hay niños que juegan en la calle y son felices; hay padres y madres que tratan de salir adelante, hay ternura y también maldad. A mí los barrios me traen muchos recuerdos.
¿Su infancia?
Yo me crié en un barrio de Sevilla, Parque Alcosa, y sé lo que significa. Las ganas que tienes de salir, lo que lo echas de menos después. Los barrios encierran mucha vida y eso es lo que se ve en Esperanza Sur. La vida y las ganas de sus vecinos por ser felices, por tener un porvenir.
¿Cómo definiría a "El Luisma"?
El Luisma es un chaval inocente, tropezó con la drogas y su ilusión es vivir felices. Tiene contrastes, pero es buena gente. Quiere trabajar, pero no siempre puede, es un personaje en continua evolución.
¿Veremos al "Luisma" convertido en un hombre de provecho?
No lo sé, los guionistas dan muchas vueltas a las tramas y no sabemos dónde terminaremos. No sé si mi personaje terminará siendo un hombre de provecho, lo que te puedo decir es que el espíritu del Lusima siempre será el de un paria.
¿Qué da al espectador?
En su conjunto algunos pueden sentirse reflejados. Pero tiene aspectos diferentes en los que nos reflejamos todos. Tiene ese lado que despierta la ternura en los demás. La inocencia le hace decir y hacer cosas que provocan sonrisas e impaciencias. Como mucha gente no encuentra su sitio, como muchos vive en condiciones adversas…
Consigue la atención de Paz.
Paz es una mujer que está muy sola, que le tiene cariño, que no sé yo muy bien si está enamorada, pero le necesita.
¿Él se cree ese amor?
El Luisma no es tonto. Sabe que inspira cariño, pero de ahí a creer que Paz esté enamorada de él… Se aprovecha de la situación porque también tiene su lado golfo. Es un hombre que reúne muchas aristas. Lo que te decía, es un regalo para un actor.
También tiene ese puntito de maldad…
¿Maldad? Es posible, la que llevamos todos los humanos en nuestro código genético y que desarrollamos o no. Él no ha desarrollado la maldad, es un pícaro. Luisma por una caña o por un bocadillo vende a su madre. Pienso que tiene un punto muy infantil. Se quedó en una etapa infantil y vive bien como un niño: caprichoso y egoísta, pero también generoso y cálido.
A Carmen Machi el personaje de Aída le llegó a saturar, ¿puede pasar lo mismo con usted?
Ella interpretaba ese personaje desde que hacía 7 vidas, yo no llevo tanto tiempo. Si el Luisma quiere seguir conmigo, yo seguiré con él.
¿Añora el lugar de su infancia?
Añoras tu infancia, los días que jugabas con tus amigos en la calle, tu familia… Un barrio como el mío, un barrio como Esperanza Sur, tiene cosas buenas y muchas cosas malas. Son lugares duros para vivir, lugares donde hay que sobrevivir muchas veces. Hay quien no quiere salir de su barrio, pero la mayoría quiere irse, quiere un lugar mejor.
¿Le pasó eso a usted?
Yo quería ser actor y fui saliendo poco a poco. Pero no creas que me costó, he hecho muchas cosas antes de llegar a donde estoy. Ahora me río, pero yo me tomaba muy en serio mis trabajos anteriores.
¿Fue camarero?
Me refería a que he hecho de pollo en un supermercado para una promoción, de payaso en fiestas y cumpleaños. Pero también he sido camarero. Cuando quieres ser actor aprendes otras muchas cosas y te sirven, créeme.
Sevilla es una ciudad que enamora, ¿a usted también?
Sevilla es una ciudad hermosa, sus gentes, sus lugares, sí es una ciudad que enamora, a mí me gusta.
¿Echa de menos la ciudad?
Sevilla es un sitio maravilloso. Pero tiene dos caras, la mejor y la peor. Me gusta ir allí, está mi familia, pero también te puedo decir que estoy encantado en Madrid, en Barcelona o en cualquier sitio donde esté mi trabajo.
¿Cómo lleva la popularidad: le cansa, le molesta?
Los actores buscamos el éxito en nuestra profesión. Todo el mundo sabe que el éxito es muchas veces popularidad. Cuando sales en televisión sabes a lo que te enfrentas. La popularidad es como todo, te agrada que te reconozcan, pero no te gusta el no poder hacer la vida de una forma natural. Con el paso del tiempo te acostumbras, pero al principio dices: ¿Qué es esto? ¿Quién soy yo para firmar autógrafos? No hay que creerse nada.
Una pregunta que seguro que le han hecho muchas entrevistas. ¿Tiene algo de "el Luisma"?
Tengo su energía para afrontar la vida. Él es un buscavidas, yo también. Fíjate la de veces que hay que buscarse la vida en una profesión como la mía. Y tiene algo que tengo yo, y que seguro que tienes tú también y el resto del mundo, la necesidad de sentirse querido, de saber que forma parte de un universo concreto: su familia, sus amigos, su barrio... Todos necesitamos sentirnos queridos, aunque sea por una sola persona.
¿Ha encontrado usted en su vida a esa persona?
Ja, ja, ja... Todos la encontramos.