vitoria. Sus primeros pasos como corresponsal de EITB los dio con los atentados de hace cinco años en el metro de Londres. Dice que se quedó impresionada con el comportamiento ejemplar de los británicos en aquel momento de peligro.
Empezó en ETB en "Hemen eta Munduan". ¿Qué recuerdos tiene?
Descubrí lo mucho que me apasiona hacer reportajes. Sin duda alguna, lo que más me gusta. Mi primer reportaje fue sobre momias en Euskadi y no te puedes imaginar la ilusión que me hizo una reseña que me dedicaron en Eguna. Tengo mucho respeto por los críticos, ¡estoy casada con uno!
¿Fue a Londres a hacer un máster y hasta hoy?
Sí, estudié un máster en documentales de televisión -muy bueno-; al acabar dije "un poco más", y luego ya decidí quedarme.
¿Qué tiene la capital británica que le fascinó?
Me atrae la gran ciudad y Londres está muy cerca de Euskadi, lo que es una gran ventaja. Hay muchísimos eventos culturales y es una ciudad muy abierta y multicultural. No sé si te llegas a sentir en casa, pero desde luego no estás fuera de lugar porque hay tanto extranjero...
¿Es que no le disgusta nada?
De los británicos hay algo que no sé si me gusta -pero creo que viene bien aprender un poco- y es que no se calientan como nosotros, son muy racionales, y en la política, por ejemplo, eso marca una gran diferencia. Son muchos años de democracia. Y sus medios de comunicación me fascinan, sobre todo la BBC, cómo piden cuentas y vapulean a sus políticos y gobernantes, sean quienes sean. Un ejercicio de democracia ejemplar.
Trabajó para Bloomberg. ¿Sabe mucho de economía?
No es mi tema preferido, pero sé algo más -supongo-, bastante más de lo que sabía.
¿Cómo surgió la oportunidad de ser corresponsal de ETB?
Con los atentados del 7-J se pusieron en contacto conmigo y entré en algunos informativos. Sobre todo los de Euskadi Irratia fueron encantadores. A partir de ahí, surgió la oportunidad y no lo dudé.
¿Cuánto tiempo lleva en el puesto?
Unos tres años.
¿Le gustaría otra ciudad o zona del mundo para trabajar?
Todavía estoy cogiéndole el gusto, no estoy pensando en cambiar.
¿Ha trabajado mucho este año con las elecciones?
Era una oportunidad excelente para hablar de la política británica un poco más en profundidad. Pero por la nube volcánica, empezamos a hablar de elecciones más tarde de lo que pensábamos. Menos mal que la campaña se puso emocionante con Nick Clegg y una vez que arrancamos hicimos varias historias.
¿Se imaginaba que iba a haber una coalición?
Fue una sorpresa. Aunque las encuestas decían que ninguno iba a tener mayoría suficiente, la coalición parecía improbable. Se veía que los conservadores iban a ganar, porque los laboristas llevaban ya mucho tiempo y estaban muy divididos. Los conservadores ofrecen una imagen nueva y las encuestas confirman que los ciudadanos aprueban a David Cameron. Parecía que lo iban a tener difícil, pero les va estupendamente. Nick Clegg lo va a tener peor, su partido ha perdido apoyos -cuenta sólo con un 8%-. Aprueba todo lo que hacen los conservadores y no está claro cuál es su política, en qué creen los liberal demócratas
¿La derrota laborista ha dado vidilla a los corresponsales?
Desde luego hay una imagen más positiva porque son caras nuevas, un ambiente más fresco. Después está el tema de los recortes en el presupuesto y que la economía no repunta. En otoño los recortes en el sector público van a dar mucho que hablar. Parece que 2011 se presenta duro para la economía británica
¿Le dio pena Gordon Brown?
Pena no, pero creo que lo trataron mal. Fíjate cuántas veces intentaron quitarle pero yo creo que el problema no era él, sino la lucha por el poder en su partido. En el laborismo había demasiados dinosaurios, preparados para hacer daño al partido si no estaban ellos al frente.
Entre las noticias que pasa para los informativos, ¿hay margen para temas más frívolos?
Me gusta la política, pero creo que es importante hablar de temas sociales, como la emigración, la movilidad social, los abusos... pero también eventos culturales o, si toca, ¡la nieve!
Y la Familia Real, que tantos titulares ha dado al mundo, ¿tiene que seguir sus peripecias?
No, menos mal. Aunque dicen que Guillermo se casa el año que viene y de ser así algo haremos -supongo que cubriremos la boda-.
¿Qué es lo más difícil de su trabajo diario?
No saber cómo va a ser el día y que no te especializas, tocas muchos temas. Tiene sus ventajas y sus inconvenientes.
¿Estaba en Londres en los atentados de hace cinco años?
Sí, de hecho la corresponsal entonces -Begoña Cortina- estaba en Escocia cubriendo el G8 y tuve algunas conexiones con Euskadi Irratia y alguna con ETB. Era increíble porque durante muchas horas no sabíamos el alcance de los ataques dentro del metro. Para mí fue una demostración del carácter y el buen comportamiento de los británicos. Las autoridades pararon todo el centro y nadie se quejaba, y cuando les dijeron que podían ir a casa, marchaban en fila y en silencio.
¿Tiene bastantes apoyos un corresponsal o se siente un poco solo?
He hechos algunos muy buenos amigos corresponsales y eso me ayuda muchísimo. He tenido mucha suerte con la gente con la que me he encontrado.
¿Puede desconectar algún rato?
Te sientes de guardia y parece que nunca has buscado, leído y visto lo suficiente. Puede ser muy intenso y otras veces demasiado relajado, no hay término medio. Pero es interesante, estas tratando lo más importante de la actualidad.
¿Qué opinión tienen los británicos de los vascos?
Por lo que me dicen, muy buena. En el círculo más cercano, a menudo, me hablan del Festival de Cine de San Sebastián. Mi marido es inglés y por su trabajo muchos de nuestros amigos y colegas conocen la capital guipuzcoana por el festival. Hablan siempre bien de su organización y de lo bonito que es Donostia y Euskadi en general -bueno, ¡también de nuestra gastronomía, claro!- y de lo bien que se recibe a la gente. Por lo demás, cuando contacto a gente para cubrir temas para ETB, tengo que reconocer que en ocasiones hay que repetir varias veces de dónde llamo y situar Euskadi en el mapa. Eso sí, he tenido situaciones en las que me he sentido muy orgullosa, como en unas de las visitas de Prospektiker a Oxford, al instituto de tecnología. O si preguntas en Liverpool, o a cualquier británico, ¡Xabi Alonso ha dejado el pabellón muy alto!