vitoria. Marina, la profesora de Filosofía, es uno de los nuevos personajes de Física o química. Le gusta la profesión y está muy satisfecha con el papel que le ha tocado. Llega a esta serie de otra de éxito, Cuéntame cómo pasó.
¿Cómo definiría su papel?
Soy Marina, la nueva profesora de Filosofía con unos ideales muy fuertes, muy tradicionales. Intenta que los alumnos sepan en todo momento de que hablan, que sepan cuáles son los conceptos reales, que llamen a las cosas por su nombre. Le gusta debatir y le divierte la docencia.
Los profesores en la vida real no se divierten tanto.
Supongo que algunos sí. Les toca momentos difíciles, pero habrá alguno que se lo pase bien dando clases. La docencia tiene que ser apasionante.
Desembarca en "Física o química" procedente de otra serie de éxito, "Cuéntame cómo pasó".
En Cuéntame soy la mujer de Tony Alcántara, el hijo mayor de la familia. En esta serie he estado cuatro temporadas y he tenido un personaje muy interesante. Estoy encantada con estas dos series. Física o química es el cambio que yo necesitaba.
¿Por qué necesitaba ese cambio?
De venir de una serie tan marcada por la época, final de los setenta, a pasar a un tiempo actual como es el que se vive en Física o química hay diferencias tan grandes que para un actor o una actriz que hace que el trabajo sea muy interesante.
Una serie que atrae fundamentalmente al público más joven; cambia de época y de público.
Me da mucho miedo, pero miedo del bonito, de ese que sientes dentro y te produce cosquillas. Es agradable ver cómo responde el espectador. El actor necesita motivaciones fuertes para seguir.
¿Qué es lo que le motiva a usted?
Lo que más me motiva es cómo me hacer sentirme mi profesión. Sobre todo, cómo me hace sentirme cuando estoy trabajando; me divierte mucho meterme en las vidas de un personaje, te permite camuflarte en otras personalidades. Cuando dejas el personaje vuelves a ser tu misma.
Antes de ser actriz se dedicó a la gimnasia rítmica. ¿Le ha ayudado?
Sí claro, desde pequeña he actuado delante del público. Eso quita muchos miedos después. Tú te preparas en una actividad muy dura durante mucho tiempo, pero el proceso real es cuando interpretas la gimnasia delante de mucho público, resulta maravilloso.
¿Siente lo mismo en teatro o en los otros dos medios; cine y televisión?
Es igualmente maravilloso el momento, esa conexión con el espectador, esté en la butaca de un teatro, de un cine o en su casa, me hace ser feliz, me emociona extraordinariamente. Me gustaría estar toda mi vida en este mundo de ficción e ilusiones compartidas con el público.
Me imagino que después de haber sido gimnasta la disciplina forma parte de su vida.
Yo había hecho gimnasia rítmica en Murcia y toda mi vida se había basado en la disciplina. Llegué a Madrid y esa disciplina no la veía y era algo que me descolocaba.
¿Le resultaba muy dura la gimnasia rítmica?
Durísima, había veces que entrenaba ocho y diez horas al día, cuando se acercaban las competiciones era terrible. Además, yo no era una gran gimnasta, no era buena, era normal.
¿Se admite la normalidad en la gimnasia rítmica?
La normalidad en una actividad física considera de elite no sirve, tienes que ser de las mejores, yo nunca lo fui. Cuando dedicas tantas horas a algo en lo que ni siquiera destacas resulta muy duro de asumir.
¿Era consciente entonces de que no iba a llegar muy lejos?
Claro, es una actividad dura y selectiva. Yo destacaba en muy pocas cosas dentro de la gimnasia. Cuando eres pequeña te parece estupendo, te esfuerzas, pero lograr unos objetivos es lo más difícil. Hay muchas niñas intentándolo y muy pocas lo consiguen.
¿Por qué se quedó?
Porque mis mejores amigas estaban allí, en ese mundo de ilusiones, muchas de ellas truncadas por el querer y no llegar. Me daba miedo salir de ahí y encontrarme sola.
¿Tanto aísla?
Totalmente. ¿Sabes lo que es más fuerte? Tus mejores amigas, cuando llega el día de la competición, compites con ellas, son tus rivales. Eso era muy duro. Muy fuerte para asumirlo en determinadas edades.
¿Es competitiva?
Supongo que en el fondo sí. Pero ahora no quiero competir con nadie, lo que quiero es disfrutar y pasarlo bien.
¿Actuar le parece un juego?
Por supuesto. Quien lo vea como algo más, mal va.
Muchos la ven como una profesión bastante dura.
Por supuesto, pasa como con la gimnasia rítmica. En la gimnasia quizá haya una parte que resulta más fácil; te puntúan. Hay unos valores y te sitúan según los vas obteniendo. En la interpretación no existe la puntuación, la valoración es subjetiva, puede que le gustes a alguien o puede que le parezcas un horror.
¿El público no puntúa?
No, no puntúa, no existe una vara de medir. Pero el público juzga, y juzga la conexión que tienes con él. Debes tener un carisma que te ayude a conectar. Se tiene o no se tiene. No sabes por qué unos lo consiguen y otros no.
¿Le preocupan las audiencias?
Sí, quiero que donde esté funcione y eso es difícil a veces. Quiero que mi serie haga una buena cifra.