Cuando llega noviembre, en Europa occidental solemos quejarnos, sobre todo tras el cambio de hora del último domingo de octubre, de lo pronto que anochece. Ya les gustaría a muchas localidades del norte del hemisferio poder seguir contando con luz hasta media tarde. Algunas de ellas se están despidiendo del sol hasta dentro de más de dos meses (no lo verán ya hasta 2022), tiempo en el que quedarán sumidas en la más absoluta oscuridad.

Es el caso del pueblo de Tiksi, en Yakutia, en la Siberia oriental. Este pueblo de 5.000 habitantes, que es el puerto más septentrional de Rusia, está bañado por el mal de Laptev, que tiene sus aguas congeladas durante diez de los doce meses del año. No en vano, la temperatura media (la media, no la mínima) en Tiksi entre diciembre y febrero oscila entre los 28 y los 30 grados bajo cero, con lo que la oscuridad no es su único problema.

Esta localidad se despidió hace unos días de la luz y va a estar completamente a oscuras hasta el 24 de enero. El periódico The Siberian Times quiso reflejarlo publicando un vídeo en el que el pueblo de Tiksi dice adiós a la claridad hasta final de enero y entra en la noche polar.

Se conoce como noche polar al fenómeno por el que determinadas zonas del planeta viven en total oscuridad durante las 24 horas del día, que es lo contrario del sol de medianoche: 24 horas de sol. Esta oscuridad permanente se da en los territorios situados más al norte y al sur del planeta, dentro de los círculos polares. En el norte afecta a Rusia, Finlandia, Suecia, Noruega, Dinamarca (Groenlandia e Islas Feroe), Islandia, Canadá y Estados Unidos (Alaska). Eso sí, como compensación, en esas regiones pueden disfrutar de las espectaculares auroras boreales.