Viajar en otoño es una experiencia placentera porque la estación permite explorar nuevos destinos con precios más accesibles y temperaturas agradables que invitan a disfrutar del aire libre sin el agobio del calor veraniego. Los planes se diversifican con actividades como caminatas entre paisajes que se transforman en una paleta de tonos cálidos y dorados, perfectos para capturar la esencia única de esta época. Los colores vibrantes del otoño realzan la belleza de cada rincón, haciendo de cada viaje una experiencia visual y emocional inolvidable.

Existe este lugar en el que se combinan los paisajes mediterráneos y los pueblos de pescadores, con las idílicas imágenes que deja el otoño en la montaña. La Costa Brava y el Pirineo de Girona son un territorio que ofrece muchísimas posibilidades. No solo eso, su oferta gastronómica y cultural es de las mejores de España y se trata de un territorio consagrado para los amantes del senderismo o el ciclismo.

Fageda d'en Jordà, un enclave lleno de encanto para conocer en otoño. Cedida/ Itinerànnia

Ideas para explorar la Costa Brava y el Pirineo de Girona en otoño

Existen muchas formas de descubrir un territorio. Tantas, como gustos. Una escapada a la Costa Brava o al Pirineo de Girona se puede planificar desde distintos ángulos porque existen planes para todo el mundo.

Recorridos en bicicleta y excursiones por paisajes naturales en otoño

Las personas entusiastas del cicloturismo descubrirán en la Costa Brava y el Pirineo de Girona un auténtico paraíso, con sus carreteras secundarias, pistas forestales, senderos y vías verdes. Ya sea en carretera, montaña o gravel, esta región está diseñada para ser disfrutada sobre dos ruedas.

La vía verde del Carrilet conecta Sant Feliu de Guíxols con Olot, pasando por Girona y subiendo a la capital de la Garrotxa por los magníficos paisajes de la Vall d’en Bas.

La vía verde del Carrilet, por ejemplo, conecta Sant Feliu de Guíxols con Olot, pasando por la ciudad de Girona y su impresionante casco antiguo presidido por la catedral de Santa María, subiendo a la capital de la Garrotxa por los magníficos paisajes de la Vall d’en Bas. Otoño es uno de los mejores momentos del año para realizarla y es impresionante ver el contraste de paisajes entre la Costa Brava y la zona volcánica de la Garrotxa. Esta vía verde también forma parte de Pirinexus, una ruta circular de 340 km que, a través de diferentes vías ciclables, pasa por las comarcas gerundenses de la Costa Brava, sube al Pirineo y conecta con el Vallespir. Una ruta circular por etapas que puede hacerse en 2 o seis días.

El Ripollès, una comarca que hay que visitar. Cedida / Jase Wilson

Pero las comarcas gerundenses no son únicamente un paraíso ciclista, los amantes de los paseos a pie interminables por la naturaleza también encontrarán diferentes propuestas. Otoño llena de colores uno de los rincones con más encanto de la zona: la Fageda d’en Jordà, situada en pleno Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa.

La Fageda d’en Jordà, situada en pleno Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa, es uno de los rincones con más encanto, especialmente en otoño.

Si se opta por la Costa Brava, una buena opción es el Camí de Ronda. Un recorrido de 200 km desde Portbou a Blanes, que prosigue el GR 92 transcurriendo por paisajes únicos con acantilados, playas y calas con mucho encanto, vegetación típica del litoral mediterráneo y algunos de los municipios más emblemáticos de la Costa Brava. Todo ello con el mar como telón de fondo.

Rutas esenciales para los aficionados al patrimonio histórico en Girona

La Costa Brava y el Pirineo de Girona han sido puntos clave a lo largo de la historia, como lo demuestra el rico legado dejado por las diversas civilizaciones que habitaron la región. Su huella se extiende desde la prehistoria hasta la época contemporánea. Los amantes de lo histórico pueden disfrutar de una salida muy cultural. Un primer recorrido podría ser una visita a los monumentos megalíticos de la Albera, el punto de encuentro entre el mar y el Pirineo. Existen diferentes rutas y uno de los monumentos más populares es el dólmen de la Cabana Arqueta, en el término municipal de Espolla.

Un primer recorrido podría ser una visita a los monumentos megalíticos de la Albera, el punto de encuentro entre el mar y el Pirineo.

Si hablamos ya de civilizaciones, los íberos poblaron la zona durante la edad antigua, dejando como legado diferentes poblados que actualmente cuentan con yacimientos importantes. El de Ullastret es el más conocido e importante. En su día fue la capital de los indigetes y su yacimiento muestra la importancia que tuvo en la época. Destacan también el poblado de Sant Sebastià de la Guarda en Palafrugell, el Puig de Castellet en Lloret, o el del castillo de Palamós.

Besalú, un lugar medieval con encanto al que escaparse en otoño. Cedida/Maria Geli-Pilar Planagumà.

Los griegos, por ejemplo, establecieron en la en el siglo VI a.c una de sus colonias más importantes en la Costa Brava: Emporion (Ampurias). Una ciudad que tuvo un peso importante en el comercio del Mediterráneo y que, posteriormente, también sirvió de asentamiento para los romanos, que fundaron su propia ciudad justo al lado de la griega. Actualmente es posible visitar las ruinas de los dos asentamientos y la sede del ‘Museu d’Arqueologia de Catalunya’ presente en el yacimiento con diferentes objetos encontrados en el lugar.

Empúries y los restos de la civilización griega y romana. Cedida / Maria Geli - Pilar Planagumà

Este territorio también fue importante durante la edad media. El monasterio de Santa María de Ripoll, por ejemplo, jugó un papel clave en la construcción de la Cataluña medieval y muestra de ello es que acoge los restos mortales de los condes de Barcelona desde Wilfredo el Velloso hasta Ramon Berenguer IV. Muy cerca de allí también se puede visitar el monasterio de San Juan de las Abadesas, contemporáneo al de Ripoll y que, además, fue el primero que acogió mujeres en Cataluña. De la edad media también destacan poblaciones como Besalú y su impresionante puente fortificado, el pueblo de Peratallada, que ha conservado a la perfección sus callejuelas medievales; Camprodón y su puente medieval sobre el río Ter y otros monumentos como el monasterio de Sant Pere de Rodas, situado en una colina con unas increíbles vistas al mar.

Un fin de semana de relax, contacto con la naturaleza y ‘wellness’

Encarar la recta final del año con mayor alegría y bienestar puede resultar más sencillo si se buscan momentos de relax y de autocuidado. Según un estudio elaborado por Observatorio de Salud y Medio Ambiente del Instituto DKV de la Vida Saludable, en colaboración con el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), el contacto con la naturaleza mejora la salud física y mental.

Otra experiencia única para desconectar de la rutina y conectar con la naturaleza sería dormir en una cabaña en medio del bosque.

Una experiencia única sería darse un baño de bosque, es decir, un paseo relajado que favorece la conexión con el entorno natural. Mas Pineda, un alojamiento de Montagut y Oix, ofrece esta experiencia por los bosques de la Alta Garrotxa. Otra experiencia única para desconectar de la rutina y conectar con la naturaleza sería dormir en una cabaña en medio del bosque. Esta es la propuesta de ‘Cabanyes entre valls’, situada en la Vall de Bianya, un entorno idílico.

Balneari Vichy Catalan Caldes de Malavella, un lugar para reconectar. Cedida / Maria Geli i Pilar Planaguma

La provincia de Girona también es conocida por sus spas y las aguas termales. Y, en este sentido, Caldes de Malavella es uno de los municipios más conocidos. Allí se sitúa el prestigioso Balneario Vichy Catalán, levantado sobre una de las fuentes termales del municipio, la del Puig de les Ànimes, siendo un refugio donde huir de la rutina para enfocarse en el bienestar físico y emocional con los diferentes tratamientos que ofrece. Los amantes de este tipo de escapadas también pueden relajarse en Girona capital. Allí se puede disfrutar de la belleza de la ciudad y relajarse en propuestas como AQVA Baños Romanos y los Baños Árabes del Barri Vell.

Escapada a la Costa Brava y el Pirineo de Girona en otoño con niños

¿Qué planes se pueden hacer con niños en otoño? La Costa Brava y el Pirineo de Girona también son el destino perfecto para una escapada con los más pequeños de la familia. Existen múltiples opciones para disfrutar en todas las edades, más allá de las rutas por la naturaleza o las actividades físicas. En Corçà, por ejemplo, un pequeño municipio del Baix Empordà, el Mas Entreserra ofrece un taller familiar para elaborar velas con la cera de sus abejas. 

Otra actividad recomendable, en este caso en l’Escala, sería embarcarse en los cruceros Mare Nostrum para descubrir la costa del Montgrí y las Islas Medas con sus cuevas, calas, el túnel natural de la foradada, además del fondo marino protegido de las islas.

La Costa Brava y Pirineos destacan por su amplia oferta de planes familiares. Cedida/ Xevi F. Güell

Para los amantes del agroturismo, el Mas Bes, en Vilobí d’Onyar, es una experiencia mágica. Una granja donde los niños pueden dar de comer y tocar diferentes animales como conejos, cabras, ovejas o burros, además de conocer los secretos del campo en el Museu de la Pagesia.

Gastronomía de estrella Michelin en Girona

La gastronomía de la Costa Brava y del Pirineo de Girona es única. ¿Cuál es el secreto para tantos éxitos y reconocimientos? La calidad del producto y la diversidad del territorio. La cocina de la provincia de Girona va desde los platos de mar en la Costa Brava, pasando por la cocina volcánica de La Garrotxa y acabando en la cocina pirenaica de la montaña.

El arroz de Pals, una experiencia sensorial. Cedida / Vicus Resturant

Es el territorio donde nació El Bulli, el mítico restaurante de Ferran Adrià y Juli Soler, que marcó toda una época y una generación. Actualmente, doce restaurantes de las comarcas de Girona suman un total de 17 estrellas Michelin. Un ejemplo sería El Celler de Can Roca, que suma tres estrellas, además de haber sido reconocido como el mejor restaurante del mundo en dos ocasiones por The World’s 50 Best Restaurants. Los hermanos Roca (Joan, Josep y Jordi) no se han quedado únicamente ahí y han creado un universo de alta cocina en Girona que está compuesto por: Esperit Roca, Roca Mas Marroch, Normal, Hotel Casa Cacao, Casa Cacao, la heladería Rocambolesc, Rocambolesc Bikineria y VII Girona.

Actualmente, doce restaurantes de las comarcas de Girona suman un total de 17 estrellas Michelin.

Más allá de los archiconocidos hermanos Roca, destacan otros nombres como Fina Puigdevall (Les Cols), con dos estrellas Michelin y su propuesta de cocina de km 0 en La Garrotxa; Albert Sastregener y Cristina Torrent (Bo.Tic), también con dos estrellas con una propuesta creativa y arraigada a la cocina tradicional empordanesa; o el mítico Paco Pérez con su propuesta mediterránea con acento andaluz en Miramar. Ca l’Enric y Fonda Xesc en el Ripollès, L’Aliança d’Anglès 1919 y Les Magnòlies en La Selva, Massana y Els Tinells en el Gironès, Empòrium y Castell Peralada Restaurant completan la lista de los premiados con ese reconocimiento en el Alt Empordà.

Explorar la provincia de Girona a través de su vino y aceite

Los restaurantes no son la única forma de descubrir la gastronomía de un territorio. Existen experiencias que permiten conocer en profundidad el producto. En el Empordà, por ejemplo, se producen vinos y aceites de mucha calidad. Los vinos con DO Empordà tienen mucha personalidad y son unos grandes representantes de la esencia del territorio. Vinos forjados por la Tramuntana (el viento de la zona) que son el maridaje perfecto para la buena comida. En total, la DO Empordà cuenta actualmente con 51 bodegas, de ella una trentena están abiertas al público y ofrecen actividades enoturísticas.

En el Empordà, por ejemplo, se producen vinos y aceites de mucha calidad. Cedida/ Anna Pla-Narbona

Otra experiencia gratificante es la que ofrece la chef experta en maridajes botánicos, Iolanda Bustos, que supone una oportunidad para caminar entre las viñas y cuenta con varias opciones de degustación: una de ellas con 4 tapas silvestres, otras con un picnic en el viñedo, o un menú degustación en la bodega elegida.

Los vinos con DO Empordà tienen mucha personalidad y son unos grandes representantes de la esencia del territorio.

El oro líquido, el aceite, también es un producto señalado en esta zona. Para descubrir los secretos de su producción, Oli de Ventalló organiza la actividad ‘Oli en un llum’ para visitar su molino, conocer todo el proceso de producción y, a posteriori, catarlo. Oli de Ventalló también ofrece un picnic ultralocal para degustar diferentes productos del territorio. Abricoc también organiza una cata de productos del Empordanet (quesos, embutidos, aceite, vinos, dulces…) de diferentes productores.

 

En definitiva, tanto en la Costa Brava como en el Pirineo de Girona brindan una infinidad de opciones para todos los gustos para disfrutar de una escapada o puente este otoño. Desde tranquilidad hasta aventura, playa o montaña, arte y gastronomía, historia y cultura, deporte y relajación. Un lugar rico y amplio por descubrir al que siempre querrás volver.