El pleno del Parlamento Europeo ha dado este miércoles luz verde a las nuevas normas que impondrán el uso de al menos un 70% de combustibles ecológicos a los aviones que operen en aeropuertos de la Unión Europea en el horizonte de 2050, un hito para el que deberán ya en 2025 a cargar al menos un 2% de combustibles sostenibles en sus depósitos.

Las nuevas reglas, que fueron acordadas por los negociadores de la Eurocámara y de los Veintisiete el pasado abril, elevan el objetivo de carburantes 'verdes' que la Comisión Europea planteó como inicio de la negociación (65%) pero no llega al 85% que reclamaron los eurodiputados durante las negociaciones.

La modulación consensuada arranca desde un 2% en 2025 con aumentos cada cinco años, de modo que el objetivo mínimo en 2030 será de un 6% de carburantes 'verdes', del 20% en 2035; 34% en 2040 y del 42% en 2045; hasta llegar el 70% en 2050.

A falta únicamente del visto bueno formal de los Veintisiete para su adopción definitiva, el acuerdo --validado este miércoles con el apoyo de 518 eurodiputados, 97 en contra y 8 abstenciones-- será de aplicación a partir del 1 de enero de 2024.

En la definición de combustible sostenible para la aviación se incluyen tanto combustibles sintéticos como biocombustibles obtenidos de desechos agrícolas o forestales, algas, residuos orgánicos o aceite de cocina usado.

En el caso de los sintéticos, el acuerdo precisa la proporción específica de la mezcla de modo que, por ejemplo, para el e-keroseno se fija un 1,2% en 2030; 2% en 2032; 5% en 2035 y así progresivamente hasta el 35% en 2050.

A propuesta de los eurodiputados, se incluirán también carburantes reciclados producidos a partir de gases emitidos en el procesamiento de residuos u obtenidos a partir de desechos plásticos.

Además, quedan fuera aquellos combustibles que puedan obtenerse a partir de cultivos alimentarios y forraje o los derivados del aceite de palma y la soja porque no cumplen con los criterios de sostenibilidad fijados por la UE.

La nueva legislación, que forma parte de un paquete climático más amplio con los objetivos de la UE en materia ambiental para las próximas décadas, prevé la creación de un sello europeo 'verde' para los vuelos a partir de 2025, con el objetivo de que las aerolíneas puedan acreditar la huella de carbono por pasajero y las emisiones de CO2 estimadas por kilómetro y permitir así a los viajeros comparar cuáles son las opciones más sostenibles para su completar su ruta.

"Es un gran paso hacia la descarbonización de la aviación", ha celebrado el ponente de la posición de la Eurocámara, el eurodiputado de Ciudadanos José Ramón Bauzá, quien también ha emplazado a los gobiernos nacionales a apoyar a la industria para "garantizar el despliegue rentable de combustibles de aviación sostenibles en toda Europa".