- Portugal vivió ayer la jornada de reflexión a las elecciones legislativas de hoy para las que los sondeos prevén una reñida batalla entre derecha e izquierda que dificultará la gobernabilidad del país y con la amenaza de la elevada abstención debido a la pandemia.
Después de meses en los que el Partido Socialista del primer ministro António Costa se perfilaba como claro favorito, las encuestas han girado esta última semana hacia el empate técnico y dan esperanza a los conservadores de Rui Rio (PSD, centroderecha).
Todos los escenarios están abiertos, desde una nueva geringonça de izquierdas hasta una de derechas, como reconoció en el cierre de campaña el propio Rio, pero tampoco se descarta un “pacto de caballeros” -que no de gobierno- entre PS y PSD si a ninguno le salen las cuentas.
Más de 10,8 millones de electores están llamados a las urnas este domingo, donde el elevado número de indecisos -que se estima en torno al 11% del censo- y el voto de los confinados -ya son más de un millón- mantienen la expectación ante los comicios.
La atención ayer se centró en el presidente, el conservador Marcelo Rebelo de Sousa, que hizo un apelo a votar sin miedo por la pandemia. “Sé que pandemia, cansancio, conformismo y otras razones del foro íntimo son, para muchos, argumentos para elegir no elegir. Pero en estas elecciones tan diferentes, en un tiempo tan diferente y exigente, votar es también una manera de decir que estamos vivos”, dijo en un mensaje televisado en la víspera electoral.
Rebelo de Sousa llamó a votar “sin temores y sin inhibiciones” en unas elecciones que precederán a años decisivos para el país, con la salida de la pandemia y la reconstrucción social y económica, marcados también por desafíos europeos y tensión internacional. Además, el fantasma de la abstención planea sobre la votación de hoy.