- Después de ser socios del Gobierno socialista de António Costa la pasada legislatura, el Bloco de Esquerda y el Partido Comunista Portugués (PCP) le dan la espalda y detonan una crisis que aboca a un adelanto electoral en Portugal.
Los socialistas llevan seis años gobernando en minoría apoyados, en mayor o menor medida, en los partidos más a su izquierda, pero el idilio que empezó en 2015 para tumbar al Ejecutivo conservador de Pedro Passos Coelho se ha ido apagando poco a poco y está a punto de hacer saltar por los aires la legislatura.
Las dotes negociadoras de Costa y su equipo han conseguido mantenerle durante seis años al frente del Ejecutivo en minoría y en 2015 lograron lo que parecía casi una utopía, una alianza con la izquierda que se bautizó como geringonça.
La crisis causada por las cuentas de 2022, que se someten a votación en el Parlamento por primera vez este miércoles, llega en plena recuperación poscovid, marcada por los 9.700 millones de euros de fondos europeos que recibirá Portugal hasta el próximo ejercicio. Ahora, el anunciado rechazo de la derecha, del Bloco de Esquerda y el Partido Comunista al proyecto presupuestario para el próximo año deja al Gobierno socialista portugués en minoría sin posibilidades de maniobra.
Frente a esta tesitura, el primer ministro portugués apura sus opciones. “Mi deber es no dar la espalda en los momentos de dificultad y por eso no dimito”, afirmó ayer António Costa, quien abrió la puerta a explorar todas las vías de diálogo para evitar un adelanto electoral aunque, advirtió, “no a cualquier precio”.
El socialista apeló a la responsabilidad de las distintas fuerzas políticas para sacar adelante el proyecto de Presupuestos de 2022, el más social de los últimos años, y evitar elecciones anticipadas en Portugal.
En su discurso ante el Parlamento luso durante la presentación de las Cuentas públicas, defendió que el Ejecutivo ha hecho un “esfuerzo serio de aproximación” con el resto de los partidos. Y dirigió un mensaje contundente al Bloco de Esquerda y el Partido Comunista, sus antiguos aliados políticos que ahora le dan la espalda, para advertir de que “piden un pase mágico y no hay pase mágico que nos permita sobrepasar la responsabilidad y el equilibrio”. “Haremos todo para obtener un acuerdo, pero no a cualquier precio”, afirmó.
La prioridad para el primer ministro luso es “asegurar la estabilidad de las políticas que nos permitieron virar la página de la austeridad en 2015 y superar la pandemia en 2020 y 2021”. “Es un buen momento para proseguir”, defendió. “No cerramos las puertas al diálogo”. “Respetemos a los portugueses que no desean una crisis”, insistió. “Nada justifica poner fin al camino que iniciamos en 2016. Todavía hay carretera para andar y debemos continuar”, aseguró Costa en su intervención.
“La prioridad es asegurar la estabilidad de las políticas que nos permitieron virar la página de la austeridad”
“Haremos todo lo posible para obtener un acuerdo, pero no a cualquier precio”
Primer ministro de Portugal