La Comisión Europea (CE) presentó este miércoles un plan de más de 225 millones de euros para combatir las nuevas variantes de la covid-19, que prevé actualizar y firmar nuevos contratos con las farmacéuticas, acelerar la aprobación de las vacunas, incrementar los test para detectar el genoma del virus y colaborar con Israel y Suiza en ensayos clínicos.
Bruselas aseguró hoy que, "si es necesario", los contratos actuales se tendrán que "actualizar" para adaptarse a la protección contra las variantes, dado que las farmacéuticas están analizando la eficacia de sus vacunas contra las modificaciones del virus surgidas en el Reino Unido, Sudáfrica, Brasil y Uganda.
Y en este sentido, el Ejecutivo comunitario dijo hay que asumir las "lecciones aprendidas" y garantizar que en las actualizaciones de los contratos se especifiquen en un plan "detallado y creíble" sobre la producción de los fármacos, después de que la presidenta de la CE, Ursula Von der Leyen, reconociera públicamente que Bruselas sobreestimó la capacidad de fabricación de los laboratorios.
A través del grupo de trabajo que ha creado la CE para acelerar la producción, Bruselas colaborará con las empresas para identificar los principales cuellos de botella que ralentizan el proceso y promoveráel intercambio voluntario de las patentes entre compañías para que puedan fabricar las vacunas de otras empresas.
Además, el plan prevé la posibilidad de utilizar "fuentes" de terceros países en caso necesario, siempre y cuando cumplan los requisitos de seguridad de la Unión Europea.
"Nuestra prioridad es garantizar que todos los europeos tengan lo antes posible acceso a vacunas de la covid-19 seguras y efectivas", dijo Von der Leyen, quien añadió: "Tenemos que adaptarnos y responder incluso más rápido" ante el surgimiento de las variantes.
El plan también contempla que, para las vacunas que ya se han aprobado, se acelere el visto bueno de las modificaciones que los laboratorios deban introducir en sus fármacos para adaptarse a las variantes, sin tener que pasar por todo el proceso de revisión al que ya se han sometido previamente en la Agencia Europea del Medicamento (EMA).
La intención es utilizar el mismo mecanismo de aprobación que se emplea en la vacuna de la gripe, cuya eficacia ya se ha demostrado hace años.
De cara a combatir las nuevas variantes, la Comisión quiere que como mínimo en el 5 % de los test con un resultado positivo se secuencie el genoma del virus para detectar sus modificaciones. También quiere crear una red de 16 países de la Unión Europea, junto a Israel y Suiza, para participar en nuevos ensayos clínicos.