Francia conmemora este viernes el quinto aniversario en estado de máxima alerta, después de que en poco más de un mes se hayan registrados tres ataques terroristas.
La noche de aquel fatídico viernes, una decena de hombres armados con chalecos explosivos y fusiles Kaláshnikov atacaron el Estadio de Francia, varios bares y restaurantes del distrito X y XI de París y la sala Bataclan, dejando 130 muertos y 350 heridos.
Siete de los atacantes murieron la misma noche de los atentados, mientras que otros dos fallecieron cinco días después en una operación policial de Saint-Denis, incluido el presunto cerebro de los ataques, Abdelhamid Abbaoud.
El único terrorista que continúa vivo es Salah Abdeslam, que fue detenido en el barrio de Molenbeek de Bruselas cuatro meses después de los atentados.