Barcelona - El actor Richard Gere, que el viernes llevó alimentos a bordo del barco Open Arms, criticaba ayer en Lampedusa (Italia) que las políticas antimigratorias que censuran la actividad de las organizaciones como la ONG Open Arms “no resuelven el problema y demonizan a las personas”.
Gere pidió que no haya división entre quienes defienden los derechos humanos, porque “otros se hacen poderosos con ello”, dijo en una rueda de prensa junto al fundador de Open Arms, Òscar Camps; el presidente de Open Arms en Italia, Riccardo Gatti, y el fotógrafo y chef Gabriele Rubini. “Yo también vengo de un lugar con una situación política muy estrambótica”, señaló, al poner en relación la ley antiinmigración promovida por el ministro del Interior italiano, Matteo Salvini, con la gestión de la inmigración mexicana en Estados Unidos por parte de la administración de Donald Trump.
En relación con este tipo de discursos, el actor estadounidense reivindicó: “No debemos escuchar esta locura, debemos escuchar al corazón”.
“estresados” Gere pudo hablar con algunos de los refugiados, “personas muy fuertes y con una gran sensibilidad” con historias personales muy duras, algunas de las cuales compartió con la prensa. “Uno de ellos me dijo que no tenía ni idea de dónde iba y que lo único que quería, pasara lo que pasase, era dejar Libia”, explicaba, lamentando la situación de estrés y la escasez de agua y alimentos vivida en el barco en los últimos días. Además, confesó estar impresionado por la labor de los voluntarios a bordo del Open Arms, y dijo que cualquier persona que conozca a los migrantes rescatados verá cómo se siente conmovido “inmediatamente y profundamente” ante su situación. - E.P.