Bruselas - Martin Selmayr, el funcionario de mayor rango de la Unión Europea, abandona su puesto después de años de poder en la sombra. La llegada de su compatriota Ursula von der Leyen a la Presidencia de la Comisión Europea supone una enorme acumulación de poder para Alemania en las instituciones europeas, por lo que Selmayr ha decidido hacerse a un lado.

Ha sido el poder en la sombra durante el mandato de la Comisión Juncker. Entre la fascinación y el odio, pero siempre rodeado de polémica, Martin Selmayr (Bonn, 1970) ha sido el perfecto exponente de esas figuras en segundo plano, burócratas no electos, que en pasillos y despachos marcan el rumbo de una UE con más de 500 millones de ciudadanos.

Selmayr abandona la segunda línea de la política comunitaria, la Secretaría General de la Comisión Europea, y se traslada a Viena donde actuará como representante del Ejecutivo comunitario. Un descenso de rango para el que ha sido durante algo más de un año el funcionario más controvertido de una estructura con más de 32.000 trabajadores públicos.

Selmayr o “el monstruo del Berlaymont”, como es conocido en la burbuja bruselense, ha encontrado en la Eurocámara una de sus más firmes oposiciones por la forma en que se produjo su llegada al puesto. Un proceso envuelto de tal oscurantismo que provocó recelos en todos los grupos, incluidos los Populares, su propia familia política.

En febrero de 2018, Alexander Italianer, por entonces secretario general, anunció su dimisión tras 2 años y medio al frente de la oficina. Juncker entonces propuso a Selmayr, su jefe de Gabinete, al puesto. Sin rivales por el cargo, el camino para alcanzar la cúspide funcionarial europea estaba pavimentado, salvo por un detalle: el alemán no cumplía las condiciones para el cargo. En cuestión de minutos, Selmayr vivió una cadena de ascensos. - A. S. Camarasalta