Lisboa - Portugal investiga las circunstancias en las que se produjo el accidente con un autobús que causó la muerte de 29 turistas alemanes en la isla de Madeira, y por el que el Gobierno decretó tres días de luto desde ayer mismo. Los equipos policiales trabajaron durante todo el día de ayer en el lugar del accidente, una carretera regional cercana a la capital de la isla, Funchal, de donde ya fueron retirados los restos del vehículo, trasladados a un parque empresarial.
Testimonios recogidos por la prensa local apuntan a un posible fallo en los frenos o a que el acelerador del autobús se quedara enganchado, a pesar de que el vehículo, que operaba desde hace cinco años, había pasado todas las inspecciones necesarias y estaba en condiciones para poder circular. Aunque las autoridades informaron en un principio de que todas las víctimas mortales eran de nacionalidad alemana, algunos testigos también refirieron haber visto a varias personas ser atropelladas por el autobús, por lo que hay medios lusos que mencionan la posibilidad de que alguno de los fallecidos fuese portugués. De hecho, el ministro de Asuntos Exteriores alemán, Heiko Maas, divulgó un comunicado en el que señaló que todavía no hay certeza del número de alemanes entre las víctimas mortales.
Maas se desplazó ayer con un equipo de médicos, psicólogos y funcionarios del consulado a la isla, junto con el embajador alemán en Portugal, Christof Weil. Le acompañó en la visita el canciller portugués, Augusto Santos Silva, mientras que el presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, llegará hoy viernes.
El autobús pertenecía a la Sociedad de Automóviles de Madeira y estaba al servicio de una agencia turística, que organizó un traslado a un restaurante de la isla para un grupo de alemanes que estaba alojado en el hotel Quinta Espléndida, en la localidad de Caniço, a sólo 300 metros del lugar del accidente.
El trayecto, que tendría una duración de 15 minutos, se truncó al llegar a una curva en una carretera que bordea un desnivel. - Paula Fernández