Berlín - La dimisión de la selección de fútbol alemana del jugador de origen turco Mesut Özil, entre acusaciones de racismo, ha abierto varios debates en Alemania, que rebasan la esfera puramente deportiva. El ministro de Exteriores, Heiko Maas, trató ayer de quitarle hierro al asunto diciendo que no cree que “el caso de un multimillonario que vive y trabaja en Inglaterra diga mucho sobre la integración de extranjeros en Alemania”. Sin embargo, la discusión está abierta y muchos ven en el hecho de que Özil no se haya sentido lo suficientemente protegido contra ataques racistas como un símbolo alarmante.

Özil, en los comienzos de su carrera fue, junto con otros jugadores hijos de inmigrantes, un símbolo de integración. Durante los siete años de la coalición rojiverde (1998-2005), presidida por Gerhard Schröder, Alemania había dejado atrás el viejo ius sanguinis, según el cual, en principio, sólo los hijos de los alemanes son alemanes para abrirse a la idea de que todos los nacidos y crecidos en Alemania son alemanes. También, contra una fuerte oposición de la derecha conservadora, se relajó la prohibición de la doble nacionalidad para los hijos de extranjeros nacidos en el país.

Desde el comienzo de la carrera internacional de Özil muchas cosas han cambiado en Alemania y en Turquía y en las relaciones germano-turcas. El surgimiento de Alternativa para Alemania (AfD), una agrupación de ultraderecha, es uno de los factores que ha hecho que el ambiente cambie. De otra parte, el presidente turco Recep Tayyip Erdogan se ha convertido en una figura de identificación justamente para muchos turcos que viven en Alemania y que no se sienten aceptados. En esa constelación, no resulta sorprendente que la foto de Özil, y del también internacional alemán de origen turco Ilkay Gündogan, con Erdogan haya generado un revuelo de proporciones.

Özil, en su renuncia a la selección alemana, se ha quejado de que el debate degeneró en ataques racistas en su contra, de los que no se sintió suficientemente protegido por la Federación Alemana de Fútbol. A su presidente, Reinhard Grindel, además, Özil le ha recordado que en sus tiempos de diputado de la CDU era un opositor a la doble nacionalidad y que consideraba la sociedad multicultural una mentira. - R. Zuleta