madrid - Fue declarado oficialmente el más guapo en su día y ahora puede decir que la audiencias dicen, también oficialmente que es un presentador con mucho éxito.

Supongo que a estas alturas se habrá convertido en todo un experto y acertará cualquier ruleta que le pongan delante.

-Como concursante soy bastante malo. De hecho, intento jugar a la par que los concursantes para no aburrirme en el plató y no, ellos responden antes que yo. Alguno hay que solo queda una consonante y no la ven, pero lo habitual es que me ganen.

¿No se aburre estando tanto tiempo en el mismo programa?

-No, de hecho, cuando cojo el avión los lunes para venir a grabar a Madrid, no ha habido ninguno en estos doce años que llevo haciendo La ruleta de la suerte que diga: ¡Qué pereza! Vengo contento. Es un programa que es cómodo, no tengo ningún guión.

¿Le gusta no tener guión?

-Al principio me ponía algo nervioso, ahora salgo encantado, solo tengo que decir buenas tardes e improvisar, todo me gusta. Sé que son dos o tres días y me vuelvo a casa. Tengo una vida muy estable y muy cómoda. El mayor premio es conseguir todos los días un sobresaliente cuando ves las audiencias.

Hace unos meses le pusieron como rival a ‘Pasapalabra’ y pudo con ellos.

-Sí. No lo voy diciendo por ahí y ni me siento orgulloso. Christian Gálvez es también compañero mío aunque esté en otra cadena. Lo conozco perfectamente, soy amigo suyo y me duele que no haya seguido.

Vamos, que está en televisión y la ley que impera es: Quítate tú para que me ponga yo.

-Se puede ver así, pero no es mi caso. A mí lo que me gusta es convivir, no competir.

Que conste que Telecinco le puso ahí a Christian Gálvez para que le quitase espectadores a usted.

-Pues no me hubiera importado convivir con él como anteriormente lo hice con Emma García, paisana y amiga. Pasapalabra no mantuvo la audiencia mínima necesaria y lo quitaron, me dio pena.

Lo suyo es pura bondad.

-Ja, ja, ja? Es que a mí, todo lo que sean concursos, hasta en la competencia me gusta.

¿Le molesta ser el hombre concurso?

-No. Pero seamos sinceros, justos y honestos, tampoco es que yo pueda hacer muchas más cosas en televisión. No soy periodista, no tengo ese perfil, ni tampoco quiero. Hice Esta casa es una ruina, no era un concurso, pero sí algo que yo podía hacer y donde me sentía cómodo. Lo que ocurre es que ya programas de este tipo no hay muchos.

Jorge Fernández, Arturo Valls y Juanra Bonet, tres hombres concurso en la misma cadena. ¿Hay competencia entre ustedes?

-¿Competencia? Ninguna. Nos conocemos los tres de hace tiempo, hemos coincidido en otras cosas. Sería absurdo, cada uno tiene su programa, su franja y estamos contentos con lo que hacemos.

Les saca ventaja, es usted el más veterano.

-Sí, eso es cierto, no sé si es una ventaja, pero al ritmo que van ellos?

Alcanzar, no le van a alcanzar.

-Mientras yo siga teniendo este programa, está claro que no. Pero ellos están muy bien situados. Tanto el concurso de Arturo como el de Juanra durarán mucho en pantalla, aunque esto es televisión y nunca hay nada seguro.

Pues en su caso parece que sí.

-Y que dure. Me gusta la seguridad que me da La ruleta de la suerte. Es como tener un colchón, pero seguro, no hay nada y menos en este medio.

Como siga así, se va a convertir en la versión de Jordi Hurtado de Antena 3.

-Con Jordi suelo hablar de este tema. Me gustaría llegar los 20 años que lleva él en Saber y ganar.

Queda claro que no cambiaría su ruleta por nada.

-Cambiar no, por mí seguiría en ella para siempre. Pero si la combinaría, sería bueno para la ruleta. Buscas una motivación, no es la rutina.

La rutina suele aburrir.

-No he dicho que me aburra el programa para nada, estoy feliz y lo que quiero decir es que puedo compaginarlo con otra cosa; pero si me dijeran dejarlo, uy?

¿Sería un no por su parte?

-Habría que ver muchas condiciones, en un principio diría que no.

¿Era usted consciente cuando se presentó a aquel concurso de míster España que su vida iba a cambiar ? ¿Perseguía la televisión?

-¡Qué va! Gane ese concurso por azar?

Lo ganaría porque sería la cara más bonita y el mejor cuerpo, ¿o no?

-Ja, ja, ja? Sigamos, lo gané por azar y a partir de ahí dije: Vamos a ver qué me depara un año. Mi pensamiento era volver a Vitoria a dar clases de Educación Física o convertirme en entrenador de baloncesto. Probé lo que me daba ese año en Madrid. No tenía ninguna pretensión, mucho menos de presentador. De hecho, hice una cosa y lo hice tan mal que me dije: Presentador no quiero ser.

Como visionario no tiene precio.

-Acerté en todo como puedes ver. Yo pensé que iba a hacer algo de publi, un poco de moda y que ahí me iba a quedar. Todo ha venido al azar, se me abrió esta puerta, la he agarrado y no la suelto.

¿Cómo se sintió cuando le dijeron que el más guapo era usted?

-Bueno, bueno? Eso es lo que menos me ha importado siempre. No es falsa modestia. Es algo muy subjetivo, puedes parecer guapo a una persona o a diez, pero a otras diez les pareces lo contrario.

Pues siempre va muy bien puesto y no está nada mal, objetivamente, que conste.

-Ja, ja, ja? Es cierto que yo me cuido, me gusta mantenerme bien. Cuido la alimentación, hago deporte, intento cuidar el descanso, no me quita el sueño si soy el más guapo o no.

¿Y cuántas veces se mira al espejo?

-Días que más y días que menos, más cuando estoy grabando. Cuando no estoy trabajando, supongo que por la mañana y por la noche; en algún escaparate que otro sí que me miro para ver si voy bien.

Luego dice que no le importa su aspecto físico.

-A todos nos importa, lo que quería decir es no es una obsesión. No es tan importante el físico.

No me venga con que la belleza está en el interior.

-También, está claro que lo que ves primero es el exterior. Ja, ja, ja?