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Gracias póstumas a Iñaki Gabilondo

Gracias póstumas a Iñaki Gabilondo

El Ministerio de Educación, Cultura y Deporte dio ayer por muerto a Iñaki Gabilondo. Y de pronto noté pasar toda su vida en una ráfaga. El golpe de Estado de Tejero, los madrugones en mañanas de duros exámenes con la radio, las entrevistas cara a cara con las personalidades más destacadas y aquellas agrias polémicas con... ¿con quién era? Que Iñaki Gabilondo se hubiera muerto pudiera ser, pero: ¿por qué nadie de mi entorno lo recordaba? Puede ser la edad y esos días en los que uno desconecta que podrían haberse compinchado para crear una nebulosa de olvido. En la información se decía que le iban a dar una condecoración de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio a título póstumo. Un premio que, a juzgar por el plantel, se lo dan a quienes se han muerto o tienen pocas posibilidades de triunfar ya más en lo que les quede de vida. Pero luego resulta que no. Que lo de Iñaki había sido una equivocación y al que querían condecorar era a Jesús Hermida (que en paz descanse). Pensé que el ministro Wert estaría detrás de esta maniobra pero al poco tiempo caí que a ése lo habían cesado. Entonces: ¿quién era el culpable del error? De nuevo la mala memoria o uno de esos días en los que decides no hacer ningún caso a las noticias. Supongo que ambas cosas se juntaron para que no recordara ni remotamente el nombre del sucesor del Wert como ministro de Deportes -la educación y la cultura se las pasó por el arco del triunfo- . Entré en internet y ahí estaba el nuevo ministro: un tipo de barbas muy retocadas que se llamaba Íñigo Méndez de Vigo y que había pasado durante este tiempo tan desapercibido que podría haberse ido con Rajoy sin que nadie lo hubiera conocido. ¡Gracias Iñaki! Una vez más, nos diste una póstuma lección de buen periodismo.