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Emisión imposible Minuto de oro y errores de bulto, por Javier Arizaleta

Emisión imposible Minuto de oro y errores de bulto, por Javier Arizaleta

Si hay un minuto de oro en televisión ése coincide siempre con las tandas de penaltis. Ocurrió el sábado con Chile y Brasil y luego en el partido de la madrugada en el que Grecia perdió frente a Costa Rica. Esa muerte súbita atrae hasta el punto de que la gente se queda clavada: en el escaparate de la tienda de teles en la calle; llena durante unos minutos los bares de los centros comerciales sin tomar nada o sale de sus quehaceres cuando alguien les avisa que el partido se va a resolver a los penaltis. Y puede que en ese breve mensaje de ganar o perder resida el secreto de un deporte que estos días atrapa la atención del mundo.

Otro de los momentazos televisivos del año está a punto de producirse. Hablo de los encierros de Pamplona. Una ceremonia que este año también la van a poder ver en USA, claro que con el cambio horario será a las tantas de la madrugada, que no es lo mismo que asistir a este espectáculo recién levantado o directamente sin dormir. Aunque los que están preparando una programación para echarse la siesta son los de TVE. Van a reponer Amar en tiempos revueltos y Verano Azul. Dos ejemplos de audacia y apuesta en su momento cuya repetición en horario habitual significa tirar la toalla. Se ha instalado en este medio público que más vale malo conocido que bueno por conocer o que cualquier tiempo pasado fue mejor. Querer competir con estos productos ya utilizados es como si los mercadillos de ropa usada -que son muy dignos y necesarios- quisieran hacerle la competencia a Zara y demás. Sobre todo teniendo en cuenta que Antena 3 sigue con sus nuevos capítulos de Amar es para siempre que es la serie primigenia que salió y se exilió de TVE. Y esto se contradice con mandar a la madrugada programas como El pueblo más divertido, cuya programación en plena crisis es un error de libro y de bulto. Y eso por no hablar de la escasa aportación del jurado y de Millán Salcedo que poco ayudan a Mariló Montero en su misión imposible por reflotarlo.