Más allá de los pueblos bañados por la costa, hay muchos otros con atractivo y buena fama está más que justificada. Entre bosques, ríos, llanuras o viñedos, ciertos lugares destacan por su encanto y magia. Y si hablamos de rincones cuyo origen se remonta a tiempos pasados, en Álava tenemos buenos ejemplos de ello.
Precisamente, la revista Viajar, en uno de sus últimos artículos, menciona uno de los lugares que con solo visitarlos uno se teletransporta a la Edad Media y que es perfecto para conocer. ¿De cuál se trata? Veámoslo.
Una joya medieval entre viñedos
En plena comarca de la Rioja Alavesa, Laguardia es una mezcla entre tradición, patrimonio y cultura del vino. Esta villa amurallada de origen medieval, rodeada de empedradas calles, casas de piedra y viñedos, es un destino imperdible en Euskadi.
Y precisamente esta filosofía vinícola es uno de los mayores tesoros de todo Laguardia, pero está oculto a la vista. Hablamos de bodegas centenarias escondidas bajo tierra, excavadas a mano en roca caliza.
El origen de muchas de ellas se remonta a varios cientos de años y son una experiencia única para el turista. Además de disfrutar de vinos de primerísima calidad, existe la oportunidad de conocer de primera mano su cuidadoso proceso de elaboración.
Debido a su ubicación geográfica, al sur de Álava y cerca de la Sierra de Cantabria, y su microclima, este municipio se ha convertido por derecho propio en la cuna de la viticultura en todo el territorio.
Rico patrimonio cultural
Al margen del vino, ese pueblo de la Rioja Alavesa goza de una amplia oferta cultural y arquitectónica. Uno de los sitios de interés más llamativos es la Iglesia de Santa María de los Reyes, un tesoro del gótico vasco que permanece en buen estado de conservación.
Tampoco podemos olvidarnos de la Torre Abacial. Antaño, esta construcción formó parte del entramado defensivo de toda Laguardia. En la actualidad, es un campanario y mirador desde el que contemplar las impresionantes vistas del sur de las tierras alavesas.
Si nos fijamos en la composición urbana, no cabe duda de que esta localidad está llena de encanto de la Edad Media. Cercada por una muralla prácticamente intacta, el acceso a la villa se reparte en cinco puertas de acceso y tres calles principales.
Tesoros arqueológicos ocultos
Uno de los descubrimientos más increíbles de Laguardia es su estanque celtibérico, encontrado en el año 1998. Su historia se remonta a más de 2.000 años y está considerado el mayor depósito subterráneo de la Edad del Hierro en toda Europa.
Su función era almacenar agua procedente de un manantial. En sus alrededores, se han encontrado restos que apuntan a rituales y cultos relacionados con las antiguas costumbres celtíberas. Esto muestra un aura de misterio al ya fascinante pasado del pueblo.
¿Cómo llegar a Laguardia?
Llegar a Laguardia es bastante sencillo. Desde Vitoria, se puede tomar la carretera N-1 y luego la A-124 en dirección a la villa. El viaje en coche dura unos 30 minutos. También hay opciones de transporte público, con autobuses que unen la capital alavesa con este pueblo medieval.