LA crisis está retrasando la decisión del Gobierno de Rajoy para formar parte de la construcción en Chile del mayor observatorio astronómico del mundo o traducido del inglés el Telescopio Europeo Extremadamente Grande. Un monstruo con el que espiar minuciosamente el universo. Estamos a punto de caernos de este proyecto histórico que auparía a nuestros científicos a la primera división. Además, se perdería una oportunidad de negocio así de primeras de unos 350 millones. Y lo peor es que en esta decisión no nos va a poder ayudar Juan Carlos con su doble hernia discal todavía sangrante. Tampoco su amiga Corinna, cabreada como la tenemos, va a mediar ante nadie para que algún magnate con turbante y petróleo ponga la pasta por nuestros pobres empresarios. ¡Ay Corinna!, la gran deseada por los programas televisivos ahora que las revistas del corazón ya la han presentado en sociedad. Mi curiosidad hace que en lugar de que aparezca en El Gran Debate con Jordi González (que por cierto le birló por el morro una entrevista a Cayo Lara) apareciera en el Salvados de Jordi Evolé. Aunque ese tono cachondo y con doble sentido que le sale a Evolé no apareciera en la amable entrevista que le hizo el domingo a Juan Rossel, presidente de la Patronal. Un encuentro que Rossel fue llevándose hacia su terreno: los grandes empresarios son almas gentiles que, en realidad, nos despiden por nuestro propio bien. Con ese tono Evolé durará poco como líder de las noches dominicales. Puestos a ser amables, también es cierto que Hermida sería la persona más indicada para entrevistar a Corinna. Y ver si todavía estamos a tiempo de que medie por ahí y que nuestros empresarios se ganen unos milloncejos con el telescopio ese, aunque, ya anticipan, que al ser tecnología punta, se siente, no tienen por qué contratar a nadie.
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