NO vi Más allá de la vida en Telecinco. El momento con Carmen Martínez Bordiu debió ser espectacular. Supongo que hay gente que ha decidido vender su alma al espectáculo y ya no sabe dar marcha atrás. Me perdí el estreno porque últimamente había descartado que la televisión veraniega fuera capaz de generar alguna sorpresa reseñable, lo cual está animando el adormecido espíritu lector. Al ver los resultados de audiencia me he puesto una señal de aviso para no perdérmelo la semana que viene. Todo a punta a tomadura de pelo, pero con esto de los fantasmas televisivos uno nunca está seguro de nada.

Los informativos pasan de largo ya sobre tragedias como las de BP y el petróleo a borbotones que está destruyendo el fondo marino y el colosal incendio de Rusia que ha quemado zonas con radioactividad y, muy posiblemente, la haya trasladado hacia el cielo que es internacional y no entiende de fronteras. Los que no entienden de fronteras son los periodistas deportivos radiofónicos. De alguna manera están emulando el trajín del mercado futbolístico y lo han trasladado al medio ahora los de la Ser están en la Cope y los de la Cope nadie sabe dónde. La fórmula radiofónica hace ya tiempo que dio el salto a la televisión. Aquí se trasladan insufribles sesiones en la que los galácticos se citan a todas horas. El programa de Cuatro de Manu Carreño y Manolo Lama (que por cierto finalmente se quedará en la Ser), ahora también lo hacen en tamdem en La Sexta. Y todo apunta a que por ahí irán el resto de las cadenas. No hay más que analizar el gregarismo cabalgante de los espacios deportivos para copiar fórmulas y contenidos. Que tiemblen los fantasmas de Más allá de la tierra; como los Roncero y compañía se decidan a contratar médium tenemos entrevistas de Bernabeu, Jesús Gil, Juanito y compañía a perpetuidad.