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La salud también se hereda: cómo cuidar sin descuidarse en Álava

Cuidar a una madre con Alzheimer, a un padre con movilidad reducida o a una pareja enferma es una realidad cotidiana para muchas personas en Álava

La salud también se hereda: cómo cuidar sin descuidarse en Álava

Cuidar a una madre con Alzheimer, a un padre con movilidad reducida o a una pareja enferma es una realidad cotidiana para muchas personas en Álava. En el territorio, 14.500 personas dependientes reciben cuidados fuera del horario laboral, y la mayoría de ese apoyo sigue recayendo en el entorno familiar. Según los datos de 2023 del Instituto Vasco de Estadística (Eustat), el 60,5% son atendidas por otros familiares sin remuneración, lo que indica un peso muy fuerte de los cuidados informales.

La salud también se hereda: cómo cuidar sin descuidarse en Álava

Por su parte, el 28,6% de estas personas son cuidadas por familiares que trabajan, quienes asumen la doble carga de empleo y cuidados. Solo un 4,7% recibe atención de cuidadores profesionales con remuneración, y apenas un 6,2% de los casos cuentan con apoyo de servicios sociales.

La salud también se hereda: cómo cuidar sin descuidarse en Álava

Estos datos ponen en evidencia un modelo de cuidados aún muy basado en la estructura familiar. La mayoría de las personas cuidadoras son mujeres, y muchas lo hacen sin formación específica, sin apoyo profesional y sin apenas tiempo para sí mismas.

La salud también se hereda: cómo cuidar sin descuidarse en Álava

El aumento de la esperanza de vida, junto con la tendencia a vivir más años en el hogar, ha hecho que el cuidado familiar sea una cuestión sanitaria, social y emocional de primer orden. Pero a menudo se da por hecho. “Yo puedo sola”, “no quiero molestar”, “ya descansaré”… Son frases que se repiten entre quienes cuidan, aunque por dentro acumulen estrés, dolor de espalda o tristeza.

Impacto en la salud de las personas cuidadoras

Diversos estudios han evidenciado que las personas cuidadoras presentan tasas de morbilidad superiores a las de la población general, experimentando cansancio físico, deterioro de su salud y falta de tiempo para el autocuidado debido a esta actividad.

Además, el estrés crónico asociado al cuidado puede aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares y diabetes.

En el caso de cuidadores de personas con demencia, la carga emocional es especialmente intensa. La falta de tiempo y energía puede llevar a una mala alimentación y a la falta de ejercicio físico, lo que tiene consecuencias para la salud a largo plazo.

El desgaste emocional que no se ve

Cuidar durante meses o años tiene efectos acumulativos. El Observatorio Vasco de Servicios Sociales advierte que el 63% de quienes cuidan de forma continuada sufren ansiedad, insomnio, dolores musculares o aislamiento social. El llamado síndrome del cuidador puede aparecer cuando el cansancio físico y mental supera los recursos de la persona que cuida.

Y es que no se trata solo del esfuerzo físico. También hay una carga mental constante: organización de citas médicas, control de la medicación, cambios de humor del familiar, incertidumbre sobre el futuro. A esto se suma, muchas veces, la sensación de no poder fallar, de tener que estar siempre disponible.

Apoyos para personas cuidadoras

En Álava existen recursos que muchas personas aún desconocen. La Prestación Económica para Cuidados en el Entorno Familiar (Pecef) es una de ellas. Se trata de una ayuda mensual para quienes cuidan en casa a personas con dependencia reconocida. En 2023, se tramitaron cerca de 4.000 prestaciones, gestionadas por la Diputación Foral.

Además, los Servicios Sociales de Base y los centros de salud pueden orientar sobre programas de respiro familiar (cuidados temporales para que la persona cuidadora pueda descansar), apoyo psicológico, asesoramiento jurídico o adaptación del hogar. Y es que cuidar sin apoyo pone en riesgo tanto la salud de la persona cuidadora como la calidad del cuidado.

Maiteki es una iniciativa municipal que ofrece recursos y servicios para mejorar la calidad de vida de las personas cuidadoras y las personas a su cargo. Algunos de sus servicios incluyen información y orientación personalizada, apoyo psicológico, charlas y talleres o servicios de ayuda a domicilio.

En el ámbito rural, la Diputación impulsa un programa similar llamado Cuidarse para cuidar, que organiza grupos de ayuda mutua, apoyo psicológico a domicilio y asesoramiento en la adaptación del entorno de cuidado, dirigido a cuidadores no profesionales de mayores dependientes en los pueblos.

Asociaciones que cuidan a quienes cuidan

Asociaciones como Ascudean, Cruz Roja, Aspace o Afaraba (Alzheimer Araba) ofrecen programas formativos y espacios de desahogo emocional. Sus talleres, grupos de ayuda mutua y asesoramiento individualizado permiten entender que pedir ayuda no es rendirse, sino una forma de sostenerse.

También Osakidetza impulsa desde hace años la Escuela de cuidadores, con contenidos sobre movilización segura, gestión emocional, nutrición y autocuidado. Porque cuidar no se improvisa. Se aprende. Y se comparte.

Cuidar bien empieza por no hacerlo en soledad. Pedir apoyo no es rendirse, sino una forma de sostenerse. En Álava existen recursos, pero también el derecho a usarlos.