Están los que rebozan de espíritu navideño y los que lo aborrecen, pero de todos modos al llegar diciembre comienza una época llena de vida. La gente se prepara para festejar la Navidad y los adornos y las luces invaden las ciudades.

Lo cierto es que el espíritu navideño reduce la ansiedad, el estrés y la negatividad y, según el estudio publicado en The Journal of Environmental Psychology, esa felicidad que sientes en cuanto todo comienza a vestirse de Navidad, no es solo tuya, sino que tiendes a compartirla con los demás. Digamos que es una felicidad contagiosa.

Sabemos que pasar tiempo con la familia es una tradición universal, sin embargo, otras costumbres navideñas varían según el país. Estos días, y cada año incluso un poco más temprano, volvemos a ver muchas costumbres y rituales que se van pasando de los mayores a los niños desde hace generaciones, como la de vestir las ciudades y las casas, pero muchas veces no nos preguntamos por qué lo hacemos o de dónde vienen. Te contamos la historia de algunos adornos típicos de otras partes del mundo y quizá hasta puedas llevar un poco de inspiración internacional a tu casa.

ESTRELLA NAVIDEÑA DE CINCO PUNTAS EN FILIPINAS

La estrella de cinco puntas es el símbolo de la Navidad más importante en Filipinas, donde tradicionalmente se utilizan linternas con forma de estrellas de cinco puntas llamadas parol. Dichos faroles cubren las puertas y ventanas de las casas y los negocios desde septiembre y permanecen allí hasta la visita de los Reyes Magos Cada pesebre cuenta con un parol sobre él como símbolo de la estrella de Belén.

TELARAÑAS EN UCRANIA

Dicen que los adornos de arañas y telarañas atraen a la buena fortuna en estas fechas tan especiales. El origen de esta costumbre procede de una leyenda ucraniana en la que una viuda y sus hijos vivían en una cabaña muy humilde y al acercarse la Navidad vieron cómo empezó a crecer un abeto dentro. Al no tener dinero para decorarlo y que sus hijos disfrutaran con ello, se fueron a la cama en Nochebuena sin celebraciones ni regalos, pero la mañana del 25 de diciembre, el abeto amaneció cubierto de telarañas que, con los primeros rayos de sol se convirtieron en oro y plata. Gracias a este milagro navideño la viuda y sus hijos no pasaron penurias nunca más.

EL CASCANUECES EN ALEMANIA

Estos soldados de madera son figuras decorativas navideñas tradicionales especialmente en el centro de Europa. Su origen se encuentra popular alemán de 1816 "El Cascanueces y el Rey de los Ratones" del escritor Ernst Theodor Amadeus Hoffmann. La leyenda cuenta que el cascanueces es un príncipe que se iba a casar con una princesa, pero fue embrujado por una ratona y se convierte en un juguete de madera. Su nombre de "Cascanueces" viene de su habilidad de romper nueces con los dientes.

PEPINILLO NAVIDEÑO, ¿ALEMANIA O ESTADOS UNIDOS?

Esto es muy típico en Estados Unidos (donde se le llama Christmas pickle), aunque muchos son los historiadores que indican de que se trata de una costumbre que fue importada por inmigrantes alemanes hacia finales del siglo XIX y que en el país germano era conocida como Weihnachtsgurke (sobre todo en los Estados de Baviera y Turingia). La tradición consiste en esconder entre las ramas y otros adornos del árbol navideño un pepinillo y éste debe de ser encontrado por alguno de los niños que residen en la casa. No es fácil localizarlo, debido a que, tanto la pieza como las ramas, son prácticamente del mismo color.

BARCOS ILUMINADOS EN GRECIA

Los barcos de Navidad o Karavaki en griego, se extienden por todo ese país durante las fiestas navideñas. Tiempo atrás, cuando los marineros volvían a casa después de largos meses en alta mar, sus esposas les regalaban barcos en miniatura como regalo de bienvenida. Con los años, estos barcos se fueron asociando a la Navidad, sobre todo porque el 6 de diciembre se celebra San Nicolás, el patrón de los marineros en Grecia. Debido a la proximidad de esta fecha con la Navidad, los barcos anclados a los puertos se empezaron a decorar con luces que los iluminan de noche. Además, los barquitos en miniatura adornan las casas y acompañan a los más pequeños a cantar de puerta en puerta.

CHRISTMAS CRACKERS EN INGLATERRA

Los crackers son caramelos de cartón que contienen en su interior pequeños regalos, coronas, frases de fortuna o chistes y que emiten una pequeñísima explosión al ser abiertos. El inventor fue un comerciante de dulces que, en 1847, vendía caramelos con mensajes de amor ocultos en el envoltorio y a los que quiso añadir un poco más de emoción. Colocó dos tiras de cartón empapadas de salitre en cada extremo, de manera que, al tirar hacia lados opuestos, la fricción hiciera estallar un pequeño bang que sorprendiera sin asustar. Por este ruido se le conoce como cracker. Tradicionalmente, los crackers de Navidad se colocan en la mesa de Nochebuena, uno en cada asiento o cada plato de cada uno de los comensales. Antes de empezar a comer, cada persona coge un extremo del caramelo de cartón y ofrece el otro extremo a la persona sentada a su lado. Cuando ambos tiran se oye la pequeña explosión y caen al suelo las sorpresas que contiene.

BOTAS GIGANTES EN SAN ANTONIO, TEXAS

Estas botas texanas colosales miden más de diez metros de altura y pertenecen al centro comercial North Star Mall de la ciudad de San Antonio, Texas. Este monumento en honor al símbolo por excelencia del estado sureño más grande de los Estados Unidos, cobra un aspecto muy navideño en estas fechas. Durante las fiestas, las botas se iluminan con luces en forma de estrellas y con otras decoraciones gigantes que atraen la mirada de todo el mundo. Se puede decir que en San Antonio no hay Navidad sin estas gigantescas botas llenas de luz.

POINSETTIAS EN EL BELÉN, MÉXICO

La poinsettia es una flor originaria de América Central y su mayor exportador del mundo es México. No es de extrañar, por lo tanto, que las flores de Pascua estén por todas partes en las navidades mexicanas, incluso en los belenes. Igual que en España solemos decorarlos con musgo, en México no hay escena de belén sin poinsettia. Esta tradición procede de una leyenda muy famosa en el país. La historia cuenta que dos hermanos muy pobres, Pablo y María, colocaron un ramillete de hojas verdes a los pies del belén de una iglesia en Nochebuena. A la mañana siguiente, Día de Navidad, las hojas se habían vuelto milagrosamente de un color rojo brillante.