El consumo energético de una vivienda tiene un gran impacto en la calidad de vida y en la economía de las familias. Los sistemas de calefacción y refrigeración de un hogar pueden llegar a ser poco eficientes y con precios muy elevados. Por este motivo, es necesario conocer los tipos de energía en el hogar.

Hoy en día, se están desarrollando disposiciones legislativas que establecerán unas exigencias más estrictas respecto a la calidad relacionada con los aspectos estructurales y constructivos del edificio, como la Certificación Energética, es decir, la descripción de las características energéticas de los hogares. A través de esta certificación, las personas interesadas en comprar la vivienda podrán saber su calidad energética antes de adquirirla para garantizar un mínimo de la citada calidad energética, sobre todo prestando especial atención a la climatización, el aislamiento y la iluminación.

También es muy importante saber si la vivienda dispone de un equipamiento concreto capaz de conseguir energía del sol, del viento y de la biomasa. Es decir, si la casa incluye la utilización de energías renovables, aquellas que se producen o llegan en forma continua a la Tierra y que a escalas de tiempo real son ilimitadas. Estos sistemas, representan un coste económico que se incrementa por la falta de aplicación de las recomendaciones relativas a las cualidades energéticas del domicilio y el uso inadecuado por parte de los consumidores de los equipos y elementos de acondicionamiento térmico de la vivienda: la calefacción y el agua caliente.

Respecto a los sistemas de calefacción, es el gasto energético más elevado que se realiza en los hogares españoles. La mayoría de los domicilios disponen de calefacción proporcionada por equipos independientes como estufas, radiadores y convectores eléctricos; aunque, más de la cuarta parte de las viviendas disponen de instalaciones individuales fijas, sin tener ningún tipo de relación con las viviendas de los vecinos.

Existen varios tipos de sistemas de calefacción en el mercado, mediante las calderas el agua se calienta hasta los 90oC de temperatura. Según los requisitos de eficiencia energética de las calderas, se puede clasificar de una a cuatro estrellas con una gran diferencia de rendimiento.

AGUA CALIENTE SANITARIA

Respecto a los elementos que configuran el acondicionamiento térmico de un hogar, se encuentra el sistema de agua caliente sanitaria. Es el segundo motivo de consumo de energía en las viviendas, esencial para la vida cotidiana de la población que emplea energía y agua. Los sistemas de agua caliente instantáneos se caracterizan por calentar el agua en el momento en que es demandada (calentadores de gas o eléctricos, las calderas mixtas de calefacción y agua caliente) que constituyen los sistemas habituales en España. En los sistemas de agua caliente sanitaria de acumulación, el agua es almacenada constantemente y de manera regular.

TELEMEDIDA

Una buena opción para llevar un mayor control del consumo de energía en el hogar es la telemedida que mide de manera remota los consumos energéticos que tiene cualquier instalación, ya sea de gas o de electricidad con el objetivo de gestionar y ahorrar energía.

Generalmente, esta medición se realiza presencialmente dado que los contadores de energía, aunque sean digitales, no tienen un módem que envíe los datos de consumo registrados. Sin embargo, existe la opción de monitorizar los consumos de electricidad y gas para conseguir hacer una medición remota y generar un seguimiento, una gestión y un ahorro de energía sobre los consumos de la instalación.

Para poder llevarlo a cabo, los medidores de consumo consisten en informar del consumo en tiempo real de la instalación eléctrica a través de dibujos de medidores, pudiendo calcular el consumo diario, semanal y mensual con el objetivo de reducir ese gasto de energía y ahorrar en la factura eléctrica.

Estos medidores son fundamentales para ahorrar en la factura de la luz. Conociendo en todo momento el consumo de energía se puede reducir el consumo entre un 10% y un 15%. De esta manera, un medidor eléctrico mantiene informado al usuario sobre la energía que está gastando para que pueda llevar a cabo un consumo responsable y ahorrar dinero en la factura de la luz.

Existen dos tipos de medidores, el individual que ofrece datos de un determinado aparato o conjunto de ellos que están conectados al mismo enchufe. El global, que recoge datos de toda la vivienda. Se coloca en el cuadro eléctrico y hace la función de monitor para controlar el gasto en Kw. Además, verifica las partes de la casa en donde se realiza el consumo más elevado y procesa los datos para ser interpretados.

Además, completando el control de consumo eléctrico con otros dispositivos de medición energética se puede llegar a ahorrar hasta un 50% de la factura. El control de energía es vital tanto para la economía como para la sostenibilidad con el medio ambiente.