Un hombre de 84 años de edad ha ingresado este miércoles en prisión provisional comunicada y sin fianza como autor de un delito de asesinato por haber matado a su compañero de habitación en la residencia Nuestra Señora del Rosario de Cascante. El hombre fallecido tenía 67 años de edad.

Los hechos ocurrieron en la noche del lunes en circunstancias que se encuentran bajo investigación de la Policía Foral. Hasta el lugar acudieron patrullas del Cuerpo autonómico que detuvieron al supuesto autor de la muerte violenta.

Agentes de la División de Policía Judicial asumieron la causa y el hombre detenido ha sido puesto a disposición del juez de guardia de Tudela, que ha decretado este miércoles su ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza como autor de un delito de asesinato.

Solos en la habitación

El juez de la Sección Civil y de Instrucción del Tribunal de Instancia de Tudela considera que “concurren suficientes indicios para considerar que el investigado es criminalmente responsable del mencionado delito” ya que era “la única persona que se encontraba en la habitación en compañía de la víctima, toda vez que sobre las 20.00 horas se habían acostado en sus respectivas camas para dormir, sin que concurra indicio alguno de intervención de terceras personas”, según consta en el auto de prisión.

En efecto, de las grabaciones de las cámaras de seguridad instaladas en el pasillo de la planta baja “se desprende como los dos residentes accedieron a la habitación nº 2. Y aunque, si bien no se grabó el interior de la habitación, durante el periodo indicado no entró ninguna tercera persona, por lo que los indicios determinan de forma inequívoca al investigado como autor de la brutal agresión”.

Sobre las 22.40 horas, “personal de la residencia halló el cuerpo de la víctima tendido en el suelo, en posición decúbito supino, en el espacio que separa ambas camas, presentando diversas lesiones en cara y cráneo, completamente ensangrentado, mientras que el investigado se encontraba acostado en su cama, con restos de sangre en sus manos y pies”.

Las trabajadoras de la residencia manifestaron a agentes de la Policía Foral, que sobre las 22.40 horas encontraron en la habitación a la víctima tendida en el suelo, mientras que el investigado aseguraba que “le habían metido a uno en la habitación y le había golpeado”. Esa noche, prosigue el juez, era la primera vez que el investigado dormía en la residencia en compañía de otro residente, “siendo tal circunstancia probablemente interpretada por él como un elemento disruptor, que en conjunción con el deterioro cognitivo, que padece propició una agresión tan brutal”.