El dueño, la cocinera y dos encargados de un chiringuito de playa en Elche, además de una quinta persona, han sido detenidos acusados de suministrar anabolizantes con efectos adversos para la salud y bajo amenaza de despido a empleados de este local, entre ellos, una mujer que tuvo que ser operada de urgencia por una perforación estomacal y su hijo de 17 años.

Los arrestados administraban comprimidos e inyectables a los empleados argumentando que eran vitaminas para un mejor desempeño laboral, según han informado este jueves fuentes de la Policía Nacional.

En un registro del establecimiento, ubicado en la zona costera de Arenales del Sol de Elche, los agentes hallaron diversos comprimidos de lo que parecían sustancias dopantes y, en una inspección a una nave industrial relacionada con el dueño del negocio, intervinieron restos de anabolizantes.

En total se localizaron y aprehendieron algo más de cien comprimidos de anabolizantes, que se remitieron a la Agencia Española del Medicamento para su análisis.

La investigación, llevada a cabo por agentes adscritos a la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta de la Comisaría de Elche, se abrió tras una denuncia de una mujer que trabajaba como empleada en ese chiringuito de playa del municipio ilicitano.

La perjudicada fue contratada a principios del pasado verano y ya desde el inicio de su relación laboral con la empresa uno de los encargados le ofreció unos comprimidos, manifestándole que eran vitaminas y que la mayoría de los empleados las tomaba.

Además, le aseguró que le darían más vitalidad para su desempeño laboral y le suministraban a ella y a otros compañeros estas supuestas vitaminas en formato inyectable.

La denunciante, durante el periodo estival, notó diversos síntomas, como pérdida de apetito, peso y cabello, mayor musculatura, voz más grave y mayor agresividad, aunque pensó que todo ello podría deberse al cansancio por la carga laboral.

En el mes de septiembre acudió al hospital por un fuerte dolor abdominal y tuvo que ser operada de urgencia por una perforación estomacal. La víctima relató todos los síntomas que padecía a los facultativos y le informaron de que sus afecciones eran compatibles con el consumo de anabolizantes.

La mujer aclaró que había varios empleados afectados por la administración de los fármacos, entre ellos, su hijo, quien en el momento de iniciar el trabajo tenía 17 años.

El resto de los empleados perjudicados incidían en que el propietario, dos encargados y la cocinera del local eran los que presuntamente les administraban las supuestas vitaminas bajo amenaza de despido si no accedían a tomarlas, habiendo padecido todos ellos, en mayor o menor medida, efectos secundarios: mayor musculatura, vello corporal, mareos, desmayos o sangrados nasales espontáneos.

Los cinco arrestados, de entre 35 y 58 años, todos ellos españoles, están acusado de los delitos contra la salud pública y contra los derechos de los trabajadores.