Los cuatro trayectos aéreos que podrían quedar suprimidos de hacerse efectivo el acuerdo de gobierno presentado ayer por el PSOE y Sumar son los que enlazan Madrid con Barcelona, Valencia, Alicante y Sevilla, porque en estos destinos hay alternativas por tren de menos de dos horas y media de duración.
No obstante, no todos los vuelos en esas relaciones quedarían suprimidos, porque, según el documento de PSOE-Sumar, se excluyen aquellas conexiones con los "hub" (los centros de distribución de tráfico aéreo, fundamentalmente Madrid y Barcelona).
Es decir, si alguien quiere viajar de Valencia a Lima, por ejemplo, podría hacer el vuelo entre Valencia y Madrid y de ahí enlazar con la capital peruana.
El puente aéreo entre Madrid y Barcelona, que portavoces de Sumar han señalado como uno de los afectados por estas posibles reducciones, ha ido perdiendo peso progresivamente en favor de la alta velocidad ferroviaria.
Según datos de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) el avión ha perdido en esa relación unos 10 puntos de cuota, hasta quedar en el entorno del 24 %, por la creciente competencia del tren. Además, la oferta de ferrocarriles de alta velocidad ha crecido sustancialmente con la entrada de los nuevos operadores, a partir de mayo de 2021, de forma que hay cuatro marcas que ofrecen estos servicios (Renfe, con sus dos marcas -AVE y Avlo- Ouigo e Iryo).
Los enlaces entre Madrid y Sevilla, Valencia y Alicante también tienen servicio de tren, con duraciones entre dos horas y dos horas y media, con lo que entrarían en ese paquete de prohibición de vuelos.
Con todo, según ha explicado reiteradamente la Asociación de Líneas Aéreas (ALA), los vuelos de corto radio (hasta 500 kilómetros de trayecto) solo son responsables del 0,9 % de las emisiones de CO2. El mayor impacto lo tienen los vuelos de largo radio (a partir de 4.000 kilómetros) pero para estos no hay alternativa de transporte.
Apuesta por el tren
La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha defendido este miércoles en declaraciones a la Cadena Ser, que esta es "una de las mejores prácticas y cuenta con el consenso de los expertos", y ha defendido la apuesta por el tren dado que es el medio menos contaminante.
Para el portavoz económico de Sumar, Nacho Álvarez, la medida se justifica por la necesidad de reducir emisiones de forma rápida y ha apostado, en una intervención en RTVE, por una norma que vaya garantizando la reducción.
El presidente de la patronal catalana Foment del Treball y vicepresidente de la CEOE, Josep Sánchez Llibre, ha considerado en una entrevista en Antena 3 que la medida atentaría contra la libertad de los ciudadanos, por lo que "es inconstitucional". En concreto, la supresión del puente aéreo Madrid-Barcelona es "totalmente inviable".
Según una nota del Colegio de Ingenieros Aeronáuticos de España, en Madrid y Barcelona el volumen de operaciones potencialmente afectadas por la prohibición supondrían menos del 5 % del total.
El SAF como alternativa
Para las aerolíneas, la alternativa razonable a la prohibición es el impulso de la fabricación de combustible sostenible de aviación (SAF por sus siglas en inglés), que se produce a partir de residuos vegetales, y del que España podría ser una referencia.
Estos SAF permitirían reducir las emisiones de carbono a más de la mitad en el año 2050, según un estudio de PWC para Iberia presentado recientemente, aunque de momento su coste es muy superior al del queroseno.
Este informe cifra el potencial de producción de España en más de siete millones de toneladas anuales de biocombustibles SAF en España, concentrado sobre todo en las comunidades de Andalucía, Castilla y León y Castilla-La Mancha.
Para surtir toda la demanda nacional serían necesarias entre 27 y 35 plantas de biocombustible y otras cinco más de combustible sintético.
El caso francés
En Francia, donde la prohibición está operativa desde el pasado mes de mayo, no ha tenido ningún impacto inmediato en términos de anulaciones de líneas teniendo en cuenta las múltiples excepciones que se habilitaron.
Las tres únicas líneas directamente afectadas desaparecieron con la crisis de la covid a comienzos de 2020 y no se volvieron a reanudar.
Se trata de las conexiones que explotaba la compañía Air France entre el aeropuerto parisino de Orly y las ciudades de Burdeos, Lyon y Nantes. Tampoco se vieron afectadas las rutas que la aerolínea opera desde el otro aeropuerto parisino, Charles de Gaulle.
El decreto francés precisa que la alternativa de dos horas y media en ferrocarril tiene que ser hasta la estación de tren que hay en Charles de Gaulle y no hasta París. Con ello, Air France puede continuar alimentando sus líneas europeas e intercontinentales desde el "hub" de Charles de Gaulle con pasajeros que llegan desde diversos destinos en Francia.