Una nevera colisionando contra un campo de fútbol. Con eso se podría comparar el impacto de la nave DART (dardo en inglés) contra el asteroide Dimorfo, a más de 20.000 kilómetros por hora y a una distancia de 11 millones de kilómetros de la tierra. Se trata de la primera colisión espacial de una nave no tripulada contra un cuerpo de estas magnitudes.

La agencia espacial estadounidense hizo historia la madrugada de ayer, culminando con éxito la primera prueba de un experimento de más de 330 millones de dólares que lleva años gestándose y en el que han participado cientos de organizaciones y entidades, entre ellas la Agencia Espacial Europea (ESA). Según explican los responsables del proyecto, esta misión representa un éxito sin precedentes para la para la defensa planetaria: “¡Tenemos impacto! –escribió el administrador de la NASA, Bill Nelson, en Twitter– Alrededor de las 19:14 hora local, la nave espacial DART se estrelló contra el asteroide Dimorfo. ¡Qué momento decisivo para la defensa planetaria y para toda la humanidad!”.

Es la primera vez en la historia de la humanidad que se intenta cambiar la trayectoria de un cuerpo celeste, en un intento de proteger a la Tierra de meteoritos similares al que hace 66 millones de años provocó la extinción de los dinosaurios. Por el momento, la colisión ha sido exitosa aunque no será hasta los próximos días o incluso semanas cuando puedan saber con certeza si su órbita se ha modificado, como pretendía la NASA.

Dimorfo, en concreto, no supone una amenaza para la humanidad. Sin embargo, la NASA puso en marcha la primera misión espacial cuyo objetivo es proteger a la Tierra de asteroides para evitar futuros impactos que podrían borrar del mapa una ciudad entera: “El asteroide objetivo no es una amenaza para la Tierra”, tuiteó Nelson. “Esta técnica podría usarse para desviar un asteroide que amenaza la Tierra, en caso de que alguna vez se descubra”, informó.

La NASA no tiene en su radar algún objeto que pueda representar una amenaza directa contra la Tierra durante los próximos 100 años, pero ha decidido poner a prueba su tecnología para estar preparada.

El impacto

tras una década de investigación y desarrollo y casi un año viajando por el espacio la sonda estuvo navegando durante las últimas cuatro horas usando su sistema automático de guiado, que la dirigía a un choque frontal en el centro de Dimorfo. DART, la nave no tripulada que efectuó el histórico viaje, mide casi lo mismo que un frigorífico o una máquina expendedora de comida, y su construcción ha costado más de 330 millones de dólares. Por su parte, el asteroide contra el que se estrelló –Dimorfo–, es un cuerpo espacial de 160 kilómetros de diámetro parecido a una luna y que gira en torno a otro asteroide más grande llamado Didymos, de 780 kilómetros de diámetro.

El impacto se ha seguido casi en directo –la señal tarda 38 segundos en llegar– desde el centro de control del Instituto de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins, que ha desarrollado DART. Juntos forman parte de lo que se conoce como un sistema de asteroide doble y fueron seleccionados por la NASA porque no suponen ninguna amenaza para la Tierra.

Además, un pequeño satélite llamado LICIACube, ha sido el único testigo hasta el momento del impacto. Hace quince días este artefacto se separó de DART y le ha seguido a unos 1.000 kilómetros de distancia. El satélite lleva dos cámaras –que responden a las siglas LUKE y LEIA– que son las que han captado la estela levantada por DART.

La Oficial de Defensa Planetaria de la NASA, Lindley Johnson también mostró su satisfacción con el resultado de la prueba indicando que “el éxito de DART proporciona una adición significativa a la caja de herramientas esencial que debemos tener para proteger la Tierra del impacto devastador de un asteroide”. Realmente el éxito de este experimento puede salvar a la humanidad del impacto devastador de un asteroide con precedentes, por lo que tal y como indica Johnson de manera alentadora, podemos respirar tranquilos porque, “ya no somos impotentes para prevenir este tipo de desastres naturales.