- Las familias de los 21 marineros muertos en el hundimiento del Villa de Pitanxo el pasado 15 de febrero en Terranova anunciaron ayer que presentarán una querella criminal contra el patrón de ese arrastrero congelador, Juan Padín; su sobrino, Eduardo Rial, y el armador, el Grupo Nores. Tras un encuentro en Santiago de Compostela con el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, la portavoz de las familias, María José de Pazo, hija de Francisco, el jefe de máquinas del malogrado barco que se dedicaba a la pesca del fletán en aguas canadienses, dijo a los periodistas que dan este paso ahora por creer que hay una “responsabilidad penal” en el accidente. Los delitos que consideran que se esconden detrás del naufragio son 21 homicidios por imprudencia, otros graves contra la salud de los trabajadores, encubrimiento y falsedad documental.
En esta tragedia, una de las mayores de la historia de la navegación española, hubo un superviviente, el ciudadano ghanés Samuel Kwesi cuya versión contradice a la de Padín y Rial. Kwesi h a asegurado en una declaración ante la Guardia Civil en esta fase preliminar, a diferencia del testimonio del patrón del buque y de su sobrino, que el motor no se paró, como estos dicen que ocurrió, sino que las maquinillas que recogen el aparejo “dejaron de funcionar bien, tensando pero no recogiendo”, lo que provocó la escora del Villa de Pitanxo. En un primer momento, Kwesi respaldó el relato aportado por el patrón y la armadora del pesquero pero días después cambió su testimonio, denunciando presiones, según desveló y compartió públicamente.
Juan Padín, el capitán, sostuvo en todo momento que el motor del buque “se paró a las cuatro de la madrugada” y que las condiciones meteorológicas existentes provocaron la sucesiva entrada de agua por la aleta de babor, lo que originó una cada vez mayor escora. Fue entonces, según él, cuando dio a la tripulación la orden para que se colocaran el traje térmico de supervivencia, el chaleco salvavidas y abandonaran el buque, tras lo cual, a las 4.24 horas realizó la llamada de emergencia.
Su sobrino Eduardo Rial suscribe lo mismo. Kwesi, sin embargo, explicó a la Guardia Civil, como trascendió en su momento de fuentes directas del caso, que el resto de la tripulación exigió “a gritos” al patrón que soltara los aparejos, pero que Padín se negó y que, ya con el buque muy ladeado y no desde un inicio, se paró el motor y se incrementó la escora de babor. Además, frente a lo que aseguró el responsable del barco, el marinero ghanés afirma también que en ningún momento Padín dio orden de ponerse los trajes de supervivencia, aunque su sobrino y él sí los llevaban cuando fueron rescatados en Terranova.
Tanto Juan Padín, como Eduardo Rial y Samuel Kwesi deberán prestar declaración el próximo 6 de junio ante el juzgado central número dos de la Audiencia Nacional, a cuyo cargo está Ismael Moreno. La AN no se ha declarado competente para investigar el hundimiento. Más tarde se dirimirá esta cuestión. De momento, con ese vacío por resolver pues el juzgado de Marín no aceptó la investigación; la triple citación del próximo mes supone un paso más.
l Bajar al pecio. Una empresa privada de Noruega está dispuesta a poner a disposición de forma gratuita tanto un robot como un sónar de barrido lateral y que el jefe del Ejecutivo gallego, Alfonso Rueda, se ha comprometido a trasladar al presidente de España, Pedro Sánchez, en cuanto lo reciba, su disposición a asumir el importe de ese flete hasta el potencial buque que el Gobierno ponga a disposición para intentar ese descenso. Rueda aseguró que lo que piden los parientes de los muertos en ese siniestro marítimo es “viable, razonable”, entra dentro de la “lógica” y, a su entender, es “hasta de humanidad”. Por su parte, la portavoz de las familias, María José de Pazo afirmó en que si insisten tanto en tratar de llegar al 'Villa de Pitanxo‘ es por la “necesidad” de obtener pruebas que ayuden a aportar luz a lo acontecido.