El fin de la mascarilla en interiores y el aumento de la movilidad tras la Semana Santa está provocado que muchos de los indicadores de la pandemia vuelvan a teñirse de rojo en Euskadi. Aunque el número de muertes semanales a causa de esta patología y los pacientes covid en una cama de críticos se mantienen a la baja, el resto de parámetros ponen en evidencia el avance del virus.
Según se desprende del último boletín de Osakidetza, en los últimos siete días Euskadi ha detectado 5.474 nuevos contagios frente a los 4.343 contabilizados la semana anterior. Cabe destacar que el pico se alcanzó el pasado viernes, cuando se llegaron a notificar hasta 936 positivos.
Sagardui descarta "una séptima ola"
La consejera de Salud, Gotzone Sagardui, ha afirmado este lunes que, a pesar de que el número de casos positivos diarios se ha duplicado durante las últimas fechas, no tienen "sospecha de una séptima ola", aunque ha insistido en mantener "prudencia y atención".
Sagardui ha asegurado que tanto el departamento de Salud como Osakidetza "siempre" han llamado a la prudencia y así "lo vamos a seguir haciendo". Por otro lado, ha reconocido que los casos positivos diarios han pasado de ser "unos 400 ó 500" a rondar ahora unos "900, aunque, afortunadamente, no tan graves como antes".
Peligro de nuevas variantes
"Pero están ahí, y cuantos más casos haya, más peligro hay de que surjan nuevas variantes o de que se incremente la gravedad. Por lo tanto, sospecha de una séptima ola no hay, pero mantener la prudencia y observar con atención sí. No sé si llegará una séptima ola, me gustaría decir que no, pero no debemos perder la prudencia y la atención", ha subrayado.
Asimismo, la consejera ha afirmado que las muertes por covid "normalmente se dan entre las personas más vulnerables", aunque ha advertido de que "el resto no podemos pensar que estamos libres".