- El Colegio de Farmacéuticos de Girona ha alertado del creciente uso de recetas falsas para lograr la “sumisión química” que, en muchos casos, sirve para facilitar la comisión de abusos sexuales. La burundanga es la sustancia más conocida popularmente por su capacidad para provocar la pérdida de consciencia en quien la ingiere, habitualmente mujeres que lo hacen involuntariamente y que son después víctimas de agresiones sexuales.

Sin embargo, la obtención de ese tipo de droga no resulta fácil y otra opción pasa por emplear fármacos normalmente prescritos en el ámbito de la psiquiatría que, combinados con alcohol, causan también inconsciencia.

Se trata de “un problema de salud pública” que va en aumento desde 2018. Por eso el esfuerzo se concentra en que las farmacias y los médicos a los que se falsifica la firma denuncien los hechos, ya que los casos detectados por los profesionales son muchos más que los denunciados.

Las recetas son a veces copias burdas que el delincuente imprime y a las que añade el número de colegiado y la rúbrica de médicos privados, datos fáciles de conseguir con una simple búsqueda en internet. Ni a estos profesionales ni a las farmacias les supone pérdida económica alguna, ya que los primeros habitualmente ni son conscientes de que se les utiliza con este cometido y las segundas, en caso de no detectar la falsificación, cobran el precio estipulado para este tipo de medicamento.